No estoy cansada, estoy triste.
Cual adolescente desprovista de ilusiones, magia y fantasía.
Con la realidad insulsa restregada en las narices
y la impotencia ceñida al cuello atenazando mi aliento.
Pesan los lastres, el tiempo, el reproche y los descontentos
Si sólo soy eso, ¿qué hace que valga la pena?
Sageleah.
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