miércoles, 26 de diciembre de 2012

De Blanco y Negro a Color - 7 y 8 -



La empresa de Pedro Wilson, está a punto de sacar al mercado un láser quirúrgico que revolucionará el mundo de la medicina, el cual ha sido creado por una joven prodigio en ingeniería robótica que resulta que además es su hija, Macarena Wilson. Sin embargo, otros intereses ocultos acechan al proyecto y amenazan con cambiar el futuro de Maca para siempre, si finalmente su trabajo sale a la luz en toda su magnitud. Con la amenaza de perder a su hija, Pedro aceptará la contratación de Esther García, una mujer misteriosa que tomará las riendas de la empresa en pro de un único fin, proteger a la joven. Algo que no le será fácil, dado el espíritu rebelde, guerrero y liberar de Maca, que ajena a lo que sucede a su alrededor, verá a Esther como su única amenaza.


7.
Cuando Maca entró por la oficina el viernes en la mañana se dio cuenta que el resto de sus compañeros también se habían levantado tan inquietos como ella. Cruz les había reunido a todos el día anterior para anunciarles la incorporación de esa tal Esther García, y de que la empresa iba a sufrir varios cambios que les competían bajo su mando. Nadie sabía cómo tomarse aquella noticia, puesto que no había precedente alguno en la empresa, jamás habían convocado una reunión formal, más bien se trataban de reuniones por departamentos o todos apiñados en el despacho de Cruz, sin embargo el uso de la sala ejecutiva les hizo desconfiar a todos.
Maca se quitó la mochila del hombro y fue hacia la sala común, todos parecían ir a lo suyo concentrados seguramente en sus propias predicciones respecto a lo que pasaría. Por suerte para ella, Eva parecía haber seguido su rutina y removía su taza de café cuando llegó.
-       ¡Buenos días bicho! –le dijo Maca con una sonrisa-.
-       Bueno, eso de buenos, ya lo veremos… -puntualizó Eva, sin devolverle el buen humor-. Cruz y la nueva han llegado a las 7’30 y aún no han salido del despacho ni para cagar.
-       ¿Y tú cómo …?
-       No, no me he venido tan temprano tranquila, acabo de llegar como tú, pero me lo ha dicho Teresita que por lo visto Cruz le dijo ayer que llegara dos horas antes, y como un clavo han aparecido esas dos por la puerta del ascensor según ella. ¡Esto no me gusta! –manifestó Eva su opinión-.
-       No, a mí tampoco. Pero bueno, están histéricos con el nuevo proyecto y yo he prometido portarme bien y colaborar, así que no me mines la cabeza –le dijo Maca poniéndose de mal humor tras las noticias de Eva, pues se daba cuenta que estaba fuera de aquellas decisiones-.
-       ¡Ja!, eso aún lo tengo yo que ver… en cuanto ESA empiece a tocarte los huevos metiéndose en tus mundos de yupi, ya veremos si te acuerdas de lo que has prometido o no –expuso con una ceja levantada Eva, antes de tomar un sorbo de café-.
-       Eva, Eva…. Mira, no me toques tú los huevos antes, que sabes que me caliento pronto. A ver para qué coño han tenido que contratar la puta asesora esa… -rugió Maca, y cogiendo su café salió por la puerta en dirección a su “cueva” porque aquel ambiente ya la crispaba, incluso antes siquiera de que la acción empezara-.
Tras cerrar la puerta de su despacho, el ritual y reinicio de su computadora ELISA llenó la estancia aislando a Maca del resto del mundo. Bajo la capa de la oscuridad y los destellos de las imágenes digitales, era donde ella se sentía realmente a gusto, a salvo. No le importaban nada los asuntos legales, ni por cuánto ni cómo se comercializaran sus creaciones… lo único que existía era ese mundo intangible donde su cabeza hallaba no sólo preguntas que ponían a prueba su ingenio, sino también las respuestas lógicas que las contestaban.
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Mientras, en el despacho de Cruz otros asuntos más terrenales, tenían en disputa a Esther y a la directora.
-       Pero no puedes poner cámaras, lo interpretarán como una desconfianza hacia ellos. Además Esther, sería absurdo ponerlas, cualquiera de mis empleados es capaz de desmantelarlas sin el mínimo esfuerzo, y te aseguro que boicotearlas, es lo primero que harán en cuanto sepan que alguien les está grabando.  –le aseguró Cruz-.
-       Tranquila, mi intención no es que se sientan controlados ya que no nos favorecería en nada. Ni siquiera se darán cuenta ya que pondremos éstas -le dijo Esther tajantemente, y le pasó a su amiga una carpeta en la que había un diseño de una cámara de vigilancia del tamaño de un guisante y un informe que hablaba de la capacidad de la misma-.
-       ¿De dónde has sacado esto? –le preguntó Cruz asombrada tras ver lo que Esther le mostraba-.
-       Ventajas de mi trabajo –le contestó Esther y mientras desplegaba sobre la mesa del despacho un plano de la planta en la que se encontraban-. Las colocaremos aquí, aquí… y por supuesto aquí –añadió Esther marcando con un rotulador las zonas donde pensaba colocarlas para tener un control de registro-.
-       ¿Quieres colocar una cámara aquí? –le preguntó Cruz asombrada-.
Esther asintió.
-       Pues me parece que eso sí que va a ser imposible. El despacho de Maca es el más inaccesible del mundo, nadie puede entrar y salir de él sin su autorización –le dijo Cruz echándose para atrás en el respaldo de su silla-.
-       Entraremos cuando no esté, no se dará ni cuenta –contestó Esther sin preocupación-.
-       No, no me estás entendiendo. Maca es una experta en lo que se refiere a la protección de su intimidad y de su espacio, ella misma ha creado el software que protege el despacho, así como el diseño de una gran computadora de inteligencia artificial por reconocimiento de voz y sensorial, a la cual denomina E.L.I.S.A. Nadie puede tener acceso a la información que almacena, ni siquiera puedes ver las pantallas de su computadora si no entras cuando Maca está dentro de ese despacho trabajando, puesto que se pliegan en un doble fondo blindado a una sola orden de Maca. Aunque entraras y colocaras la cámara cuando no está, en el momento en que ELISA se encienda, su escaneo del perímetro detectaría no sólo a la cámara, sino que realizaría un análisis inmediato de los componentes de la misma hasta dar con el nombre de algún distribuidor o dato relevante de las piezas que permitiera abrir una investigación sobre su procedencia. Es infranqueable, no hay datos técnicos ni planos sobre ELISA, es la mayor creación de Maca y todo lo que concierne a ella, está en la cabeza de su propietaria. Jamás ha pasado a papel su diseño –terminó de resumirle la situación Cruz, orgullosa de la capacidad de aquella joven que admiraba y adoraba-.
Esther no expresó nada en su rostro, sin embargo tenía que reconocer que aquella información sobre la capacidad de Maca la había impresionado y mucho, claro que no descartaba la posibilidad de que los sentimientos de Cruz engrandecieran las cualidades de aquella mujer de la que hablaba.
-       Está bien, si está tan protegido, supongo que no serán necesarias las cámaras en su despacho, aunque mantengo que son necesarias en los otros puntos –continuó Esther-.
-       No sé si alguien de nuestros técnicos sabrá colocarlas –dijo preocupada Cruz mientras echaba de nuevo un vistazo al informe de las cámaras que Esther le acababa de entregar -
-       Tampoco nos interesa que sea alguien de vuestro equipo, por eso lo hará una del mío. Este fin de semana necesitaré tirar de ti para tener acceso a la planta –le anunció Esther-.
-       Lo que necesites –le aseguró Cruz sin oponerse a su petición-.
Esther revisó unos documentos que tenía en las manos, apartó algunas cosas y escribió algunas otras por detrás. Cruz la observó sin molestarla, tratando de predecir por dónde saldría todo aquello. El día anterior había hablado a sus empleados sobre la incorporación de aquella mujer y ya había podido percibir las miradas recelosas de la mayoría de ellos, temía que aquello les iba a costar aceptarlo, pero era incapaz de imaginar el efecto que la personalidad de Esther les causaría.
8.
Eva entró en la sala de reuniones junto al resto de sus compañeros, echó un vistazo general en busca de Maca, pero con lo único que se topó fue con la figura de aquella mujer que al lado de Cruz terminaba de comentar algunos papeles. Nada más verla percibió que no le gustaba, con aquellos pantalones de pinza gris perla perfectamente planchados y aquella camisa blanca, pulcramente doblada en sus mangas. “Ojalá empieces a sudar como una cerda…” pensó para sí Eva, su rectitud ya de entrada le había evocado un rechazo visceral, como el de los gatos al agua, sin embargo… Esther captó por completo toda su atención desde el mismo momento en que se giró y clavó los ojos, por casualidad, en ella. Obligada a sentarse con aquella mirada clavada, ocupó uno de los asientos libres, pronto se dio cuenta que al resto les había pasado lo mismo. Habían llegado dispuestos a ponérselo difícil a la nueva, y sin embargo sólo con verla, se habían achicado como colegiales ante su directora.
-       Bueno, ya están todos ¿no? –le preguntó Esther a Cruz por lo bajo-.
-       Falta ella -le contestó Cruz echando un rápido vistazo y cogió el teléfono que tenía cerca para llamar al despacho de Maca-.
Esther cortó la llamada ante una Cruz interrogante.
-       No importa. Hablaré con ella a parte, no nos conviene tensar mas las cuerdas –le contestó Esther antes de que Cruz pidiera una respuesta-.
Cruz asintió y colgó el auricular. Esther se puso delante de la mesa, y se sentó en una de sus esquinas, con un pie bien anclado al suelo, mientras el otro se balanceaba sobre la mesa. Mirándola, Eva decidió que Esther a pesar de ser normalita, desprendía una energía de seguridad y serenidad que la hacía muy atractiva. Cuando Esther sonrió antes de empezar a hablar, Eva reconoció la punzada que poco a poco se instalaba en su vientre. “¿Cómo es posible?”.
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En el despacho de Maca el tiempo parecía no existir. Maca se había sumergido en su música y en los últimos datos sobre la transición de cargas. Entre planos y pruebas se había olvidado casi por completo del asunto del día.
-       Maca -la solicitó ELISA-.
-       Dime ELISA -respondió Maca mientras programaba el regulador de la lente-.
-       Registro en la agenda que hay una reunión convocada a esta hora en la sala ejecutiva de la planta -le indicó la computadora-.
-       ¿Qué hora es? –preguntó Maca sin dejar lo que estaba haciendo-.
-       Las seis –le contestó-.
Maca se giró de golpe, el tiempo había volado. Se miró el reloj y calculó que mientras la gente asistía y empezaba la reunión, aun tenía un margen de tiempo para llegar.
-       ELISA, lánzame al monitor central el diseño de la lente -le solicitó-.
-       Listo –le comunicó-.
-       Zoom en cuadrante D4F10… sube a zoom x35… perfecto, análisis de circuito… -volvió a pedir, y ELISA continuó volcando datos en la pantalla central-… perfecto, anota cambio…
-       Listo, anoto –le dijo la computadora-.
-       PR43J… cambio a NA87 de titanio, ¿lo tienes? –le preguntó-.
-       Por supuesto –le comunicó-.
-       Perfecto -dijo Maca y reajustó unas cifras en el programa antes de cerrar lo que estaba haciendo-. ¿Puedes preparar un pronóstico estadístico del calibrador contando con la modificación, por favor?
-       Sí –le comunicó-.
-       ¿tiempo? –le pidió Maca mientras terminaba de cotejar un par de cosas-.
-       2 o 3 horas –le informó ELISA-.
-       Me vale, ponte con ello –le ordenó Maca-, apaga resto de funciones para procesar más rápido.
-       Cuenta atrás… invernación momentánea –comunicó ELISA-… 10, 9, 8,… 3,2,1…
Maca vio apagarse el equipo mientras se deslizaba a su cuarto de baño privado. Se lavó la cara y se miró en el espejo, estaba desgreñada y algo cansada, se recogió el pelo y salió de allí tras pedir a ELISA el bloqueo del despacho. La quietud en la planta, le hizo comprender que todos estaban ya en la reunión, recordó que había prometido colaborar… “mierda” se lamentó Maca, ser dócil nunca se le había dado demasiado bien. El ruido de sus tripas le recordó que no había probado bocado con el cabreo y el trabajo, así que decidió prepararse algo en la sala común antes de ir a la reunión, nada podía ser tan importante como para omitir sus necesidades fisiológicas.
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Esther fue exponiendo algunas de las medidas de control que se iban a imponer en la empresa para salvaguardar la confidencialidad del proyecto que esperaban lanzar en los próximos meses. Les habló de iban a tener que firmar un documento legal que les exigía no poder hablar del proyecto fuera del ámbito de la empresa, y de la necesidad de la digitalización de sus huellas con las que a partir de la próxima semana podrían acceder o no al edificio. Les explicó algunos detalles de los motivos por los que se les pedía colaboración, problemas de patente y medidas cautelares contra las empresas de la competencia… nadie manifestó desacuerdo en las palabras de Esther, a pesar del fuerte embiste que contra sus libertades pasadas estaban sufriendo con cada palabra, norma y medida que Esther les iba comunicando. La sutileza y la facilidad con que Esther las proponía, haciéndoles partícipes y en parte motivando su sentido de lealtad y buen compañerismo, impulsaba el sentido de orgullo de un trabajo bien hecho. En el foro interno de cada uno de los presentes, se empezaba a instaurar un espejismo de “grandeza” e “importancia” a cada palabra que Esther decía, alabando el trabajo del proyecto y la necesidad de cuidar lo que tanto esfuerzo les había costado conseguir.
-       Mi trabajo sólo tendrá sentido, si consigo que vuestros intereses estén a salvo al finalizar el proyecto. Por eso os pido, que colaboremos todos juntos para que pueda proteger los asuntos legales que a él y a vuestro trabajo conciernen. De todas formas reitero, que las medidas de control de registro no están siendo tomadas para computarizar vuestras entradas y salidas como fuente productiva, seguiréis manteniendo la libertad de movilidad que viene recogida en vuestro contrato inicial. El registro es simplemente para protegeros de espionaje empresarial, eso es todo –concluyó Esther con otra sonrisa cercana y despreocupada, pues sabía de sus efectos-. Si tenéis alguna pregunta o problema que queráis comentar bien aquí con el grupo o bien a mí en privado, las vías de comunicación están abiertas por completo, por lo que ruego que no dudéis en decírmelo. ¿Alguna pregunta? –lanzó Esther, echando un vistazo por encima a los presentes-.
Pero nadie parecía dispuesto a cuestionar de momento nada. Esther se fijó en sus rostros, las expresiones de algunos le indicaron que no darían ruido y que estaban de acuerdo, en otros vio que el interés personal era más fuerte que el laboral en aquellos instantes (“siempre hay alguno, que le vamos a hacer..” pensó para sí), por último detectó al que sabía que más tarde o temprano daría alguna queja, sin embargo todavía era pronto y permaneció callado con los brazos cruzados sobre el pecho, apoyado con autosuficiencia contra la pared sin integrarse del todo con el resto. Le mantuvo la mirada un instante, y él hizo lo propio, pero no pasó de allí. Así que finalmente volvió la vista hacia la chica que le había llamado la atención al principio de la reunión, ya que su actitud de desagrado nada más verla había cambiado progresivamente, y ya no sabía muy bien leer su respuesta, se sintió intrigada.
-       Yo tengo una –interrumpió una voz el momento-.
Esther se giró hacia la voz, pues se encontraba en uno de los laterales posteriores de la sala, por los que Esther no sabía que había acceso. Al volverse, la imagen de una joven con unos pantalones vaqueros y una camiseta ancha y desgarbada concentraron su atención. Maca interpretó aquello como una invitación a proseguir.
-       En ninguno de nuestros proyectos anteriores hemos necesitado de un asesoramiento ni de unas medidas tan rígidas de seguridad como las que está usted proponiendo, así que mi pregunta lógicamente es ¿por qué ahora son tan necesarias?
-       Sin duda, el proyecto que tienen ustedes entre manos tiene una repercusión mucho mayor que los anteriores. Los intereses económicos y de investigación que llevan consigo, lo hacen un blanco perfecto para otras empresas que trabajan con prototipos similares. Por lo que sé, hasta ahora los trabajos de la empresa eran aportaciones a campos ya abiertos en el mercado, en cambio el Láser en el que están trabajando es una innovación de adelantos médicos todavía por calcular. Supongo que de ahí viene la preocupación de las personas que me han contratado para que pueda llevarse todo a buen término –le contestó Esther tranquila y sonriente-.
Pero en el rostro de Maca no se produjo la satisfacción ni la tranquilidad esperada. La muchacha continuaba visualizándola como un enemigo poco creíble para sorpresa de Esther. Tras unos instantes de mirada mantenida entre ambas…
-       Ya han estado dentro, alguien ya va detrás del proyecto, por eso está usted aquí ¿no? –escupió Maca con el entrecejo fruncido-.
A Esther aquella afirmación camuflada de pregunta la golpeó en seco, de tal modo que su asombro traspasó la careta tranquilizadora que lucía. La rapidez de enlace de aquella joven, era tan avispada como la suya propia, y aquello no era ni de lejos frecuente. Cruz se agitó al lado de Esther, por instinto Esther la detuvo con un brazo para evitar que interviniera, la gente de la sala “ping-poneo” mirando a una y a otra, a la espera de una respuesta. Esther podía intuir el revuelo sin tan siquiera echar un vistazo. Procesó que detalles y cuáles no, podía manejar y finalmente contestó.
-       Sí, ya hay alguien muy interesado en el proyecto, por eso estoy aquí. Aún no sabemos cuánto han averiguado, por eso es tan importante que empecemos a zanjar cuestiones legales de las que nada tienen que preocuparse, y por eso también es importante cerrar las comunicaciones entorno a los implicados en este proyecto –le comunicó Esther a la joven, pero también se lo decía al resto de los presentes-. Es todo lo que puedo decirles al respecto, pero les aseguro que no deben preocuparse de nada más que de hacer su trabajo, yo me ocuparé de hacer bien el mío para que nada les repercuta.
Esther se giró al grupo para añadir aquellas últimas palabras tranquilizadoras, cuando se volvió de nuevo para indagar en la expresión de la joven que había realizado las preguntas, sólo se topó con el cerrar de la puerta trasera que allí había, se había marchado tal cual había llegado, silenciosa. A pesar de la intriga, Esther se concentró en terminar la reunión. Los asistentes fueron saliendo en pequeños grupos de la sala, menos tranquilos de lo que Esther había pretendido debido a aquella inesperada intervención de la joven. Cuando se quedaron a solas, Esther ya no pudo contener la pregunta.
-       ¿Era ella? –le preguntó a Cruz-.
-       Sí, era Maca -le confirmó Cruz-.
-       Ya veo -se dijo más para sí misma que para Cruz-. No me la esperaba tan joven, la verdad ¿cuántos tiene?
-       24 –le contestó-.
“Mierda, demasiado joven…” pensó Esther para sí, pues sabía por experiencia que en aquellas situaciones la impulsividad y el sentimiento de fortaleza e independencia que se tenía a ciertas edades, no eran buenos aliados. Cuánto más jóvenes más se creían capaces de salir airosos de todo, de no necesitar a nadie y de creer saber más que el resto. A Esther no le gustó aquel nuevo dato, dificultaba su trabajo.

Continuará... ¡Feliz Navidad a tod@s!

3 comentarios:

  1. Nerviosita ando esperando el acercamiento :-P

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    1. Si estás nerviosita es que ando por buen camino. Bueno saberlo jejeje

      Gracias por estar y quedarte ;)

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  2. Está bien mantener la tensión de la lectora ;-)

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