jueves, 31 de enero de 2013

De Blanco y Negro a Color - 19 y 20 -




La empresa de Pedro Wilson, está a punto de sacar al mercado un láser quirúrgico que revolucionará el mundo de la medicina, el cual ha sido creado por una joven prodigio en ingeniería robótica que resulta que además es su hija, Macarena Wilson. Sin embargo, otros intereses ocultos acechan al proyecto y amenazan con cambiar el futuro de Maca para siempre, si finalmente su trabajo sale a la luz en toda su magnitud. Con la amenaza de perder a su hija, Pedro aceptará la contratación de Esther García, una mujer misteriosa que tomará las riendas de la empresa en pro de un único fin, proteger a la joven. Algo que no le será fácil, dado el espíritu rebelde, guerrero y liberar de Maca, que ajena a lo que sucede a su alrededor, verá a Esther como su única amenaza.



19
El resto de la semana la pasaron esquivándose la una a la otra. Maca no estaba literalmente para nadie, y se encerraba en su oficina hasta altas horas de la noche. Eva estaba desesperada por aquella nueva situación, inmersa en sus pensamientos y averiguaciones sobre Esther permanecía en un manojo de nervios constante sin tener a su amiga para desquitarse hablando y exponer conjeturas. Y Esther había establecido unos días de tregua antes de volver a mantener una conversación con Maca pues sabía que el tiempo calmaría las cosas.
En aquel estado de vacíos, silencios y “no encontrarse”, las tres mujeres llegaron airosas a su fin de semana. 
...
-         ¿Sí? -contestó Maca su móvil sin poder salir de debajo del edredón. La noche del viernes la había pasado con Fernando y hacía apenas tres horas que había regresado a su casa para descansar.
-         ¿Tía, qué estás, durmiendo? -la despertó Eva-.
-         ¿Qué hora es? -preguntó Maca aún bajo las sábanas-.
-         Las 11'30 -le dijo Eva-.
-         Joder, he vuelto de casa de Nando a las 8... estoy muerta ¿qué te pasa? -resumió la situación Maca-.
-         ¿A las 8? ¿y eso? ¿por qué no te has quedado ya en su casa? -le preguntó Eva-.
-         Para dormir prefiero mi cama, además si me quedo con él me engancha todo el fin de semana, prefiero ir a mi bola ya lo sabes.... -extendió su explicación Maca-... bueno, déjate de joder, ¿qué te pasa? ¿por qué me llamas tan temprano?
-         Necesito que esta noche me hagas un favor urgente... que digo urgente... de vida o muerte -le contestó Eva azorada-.
-         Escupe... -pronunció Maca entre bostezos, pues aún no era capaz de despegar los ojos ya que se encontraba muerta por haber pasado la noche con su novio-.
-         Tienes que acompañarme de marcha esta noche, iría sola, pero me da palo -le dijo Eva-.
-         Vale... de pubs esta noche... ¿algo más? -preguntó Maca casi volviéndose a dormir-.
-         No, noo... te dejo dormir guapísima, eres la mejor... paso por tu casa sobre las diez ¿vale? -se alegró Eva de que todo hubiera sido fácil-.
-         Sí, sí... a las diez... un beso -se despidió Maca con otro bostezo-.
-         Un beso, ciao -le contestó Eva y ambas colgaron-.
...
Eran las siete de la tarde cuando Esther regresó de hacer la compra. Ordenó minuciosamente las cosas del supermercado en la nevera, en el congelador y en la despensa. Recogió las bolsas, limpió lo poco que había descolocado, y se acercó hasta el contestador a revisar las llamadas. El primer mensaje no le sorprendió, había comido con su madre y sabía que llamaría para ver si había regresado bien a casa. El segundo mensaje la hizo sonreír....
“Más vale que desempolves bien tus zapatitos de baile y que desengrases tus músculos pequeña, porque esta noche quemamos Madrid. Ahh... yo de ti me tomaba las vitaminas, las vamos a necesitar”...
-         jajaja... ¡estás loca Kate! -dijo Esther en voz alta, más tarde la llamaría-.
Por último llegó el mensaje que realmente esperaba.
“En la cuna a las 8'07.... no hay previsto vuelo. Todo bien” -anunció la voz de Laura en el contestador-.
Esther revisó la hora del mensaje, apenas hacía media hora que lo habían dejado grabado, se tranquilizó. Todo parecía controlado, así que llamó a su madre para reportarse, luego se pasó media hora hablando con Kate por el móvil, la cual estaba muy animada por haberla podido convencer para salir, y por último entró en la ducha. Hacía mucho tiempo que no estaba en la ciudad, y salir con Kate era la mejor forma de readaptarse.
...
A las diez menos diez Eva se presentó en casa de Maca. María, la mujer que trabajaba en la casa desde hacía veinte años le abrió la puerta y luego le indicó que Maca estaba en su cuarto.  Sin llamar entró por la puerta pillando a Maca aún en albornoz.
-         Holaaa.... ¿tía aún estás así? -fue el saludo de Eva nada más entrar-.
-         Jajaja... Vale, ahora sal y llama a la puerta... -se rió Maca que se había girado con un susto de muerte por la interrupción-.
-         Bah... ya sabes que en tu casa es en el único sitio donde te puedo molestar a gusto -le dijo Eva y se subió a la cama de Maca mientras su amiga terminaba de ponerse el bodymilk en las piernas-. ¿Qué, preparada para una noche loca?
Maca no se molestó en girarse a mirarla, sabía por su tono que estaba radiante.
-         Qué remedio.... ¿cómo fue que dijiste?... Ah sí, “es de vida o muerte” -se burló Maca que terminó con la crema y se giró a mirarla-.
-         Y lo es, me estás salvando el culo, porque ir al Afrodita sin pareja es un poco como ir a lo desesperado ya lo sabes... -soltó sin darse cuenta Eva poniendo una mueca en su cara-.
Maca se paró en seco.
-         Espera, espera... ¿has dicho que vamos al Afrodita? -la interceptó Maca-.
Eva la miró con cara de “uy, se me escapó”.
-         ¿no te lo dije? -preguntó poniendo ojitos de cordera-.
-         Creo que se te olvidó mencionar ese pequeñito detalle -le contestó Maca mirándola inquisitivamente-.
-         Bueno, pues ya lo sabes, Bea no sabía si iba a poder ir, y yo necesito una tapadera -le dijo Eva sonriendo como si con ello pudiera convencerla-.
-         Joder Eva... creía que íbamos a pillar Madrid por bandera tú y yo, y ahora resulta que me vas a llevar al centro bollo... tía, esto se avisa coño -le regañó Maca soplando-.
-         Bueno y la vamos a pillar, pero luego me acompañas allí ¿sí? No quiero ir sola, tía... ya sabes que sino parece que vas a por tema. ¿Me acompañas, no? ¡venga... venga... por fiiii! ¿si?¿sí? -a aquellas alturas Eva ya se había puesto de pie y a suplicarle haciendo carasas a su amiga que metida en su papel de enfado, permanecía de pie con los brazos cruzados sobre el pecho-.
-         Anda quita payasa... -tuvo que sonreír Maca ante la insistencia de Eva-. Te acompaño, pero como te pongas a ligar y me dejes colgada en medio de la jauría, te las corto, te lo juro.
Eva se cubrió con ambas manos las tetas, pues hacia allí apuntó el dedo de Maca cuando la amenazó con cortarlas.
-         Vale, vale... por mis tetas que no te dejo sola ¿trato hecho? -le aseguró Eva ya con una sonrisa de oreja a oreja-.
-         Trato hecho... pero supongo que primero nos iremos de cenita y a tomar unas copas a otro lado, ¿no? -le preguntó Maca ya mirando en el armario-.
-     Sí, sí... vamos a donde tu quieras, pero a la una nos pasamos por el Afrodita -insistió Eva-.
-         Que sí pesadaaaaaaa..... Desde luego, no sé yo si voy a soportar mucho tiempo tu nueva etapa lésbica eh, porque entre la siesa a la que le has echado el ojo y tus escapadas a chueca, la llevo clara... no veas el planazo tía, me has cortado el rollo por la mitad, para una vez que voy a salir sin Nando -le advirtió Maca, y le mostró un par de vaqueros-. ¿Este o este?
-         El negro -le dijo Eva toda convencida-.
Maca se quedó mirando los dos pantalones, y al final decidió.
-         Entonces me pongo el levis, que seguro que me dices el negro para que no te haga la competencia -le soltó Maca con una sonrisa traviesa-.
-         Capulla, siempre me haces igual.... -se quejó Eva pues su amiga le había leído el pensamiento-.
Media hora más tarde, salían de casa de Maca ya vestidas y arregladas. Eligieron un sitio donde cenar y se dispusieron a empezar la noche.
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Era el tercer pub que frecuentaban, y Eva ya miraba impaciente la hora. Pronto sería la una y Maca no parecía muy dispuesta a cortar la noche. Se metió de nuevo a buscarla en el local, pues la había dejado con un grupo de amigos que habían encontrado en el pub de siempre. En la esquina del Dj, la divisó junto a una amiga común y dos muchachos, ellos parecían estar entrándoles y aunque la amiga que estaba con ella se sonreía, era Maca la que llevaba la voz cantante en el pequeño grupo. Se acercó.
-         Maca... nos tenemos que ir -le dijo acercándose a su oído para que la oyera por encima de la música-.
-         Eva, Eva... mira, este es Juan y este Pablo -le presentó Maca a los chicos-.
-         Hola guapa! -la saludaron los dos dándole dos besos que Eva correspondió por cortesía-. ¿Es cierto que tu amiga tiene novio?
-         Si, lo tiene -le contestó Eva-.
-         ¿Lo veis? ¡Lo tengo! -se reía Maca que ya llevaba alguna copa de más-. Así que lo siento, pero no hay nada que hacer.
-         ¿Y tú? -le preguntó el chico más alto, del cual ya no sabía si se llamaba Juan o Pablo-.
-         ¿Yo qué? -preguntó Eva mirando el reloj-.
-         ¿Qué si tienes novio? -le volvió a preguntar-.
-         No, ella no tiene.... pero va a ser que vosotros tampoco tenéis nada que hacer, porque está hasta las trancas por una.... -Maca se paró a tiempo, miró a Eva que había puesto los ojos como platos ante la verborrea de su amiga-... por un, un tío. Así que nada.... otra vez será. Anda vamos -le dijo a Eva pasándole un brazo por el hombro-.
-         ¿Pero ya os vais? -la detuvo cogiéndola por el brazo el chico más alto-.
Maca se paró y miró despacio al chico y luego la mano que había puesto alrededor de su brazo, él no la soltó.
-         Sí, nos vamos, así que si no te importa -le contestó Maca y se quitó la mano de encima-.
-         Pero a dónde vais, nosotros podemos acompañaros... -insistieron-.
-         Oju, que pesaditos.... que nos vamos y no podéis venir, porque no queremos que vengáis ¿vale? -saltó de pronto Maca con su estupendo mal humor, pues no soportaba que la controlaran-.
-         Buenooo... tampoco hay que ser una gilipollas, joder, primero nos das bola y ahora va a resultar que somos nosotros los pesados. Tía tú estás mal -empezó a decir uno de ellos-.
Maca se giró con ganas de bronca, pero Eva y su amiga la cogieron a tiempo y tiraron de ella hasta conseguir sacarla de allí.
-         La madre que los parió, se piensan que por una sonrisa y un poco de conversación ya te estás bajando las bragas... Hijos de puta egocéntricos, a ver si se creen que todo pasa por su pito -rugía Maca ya a solas con Eva-.
-         Ya está, que te calientas... a ver ¿vas muy mamada? -le preguntó Eva cogiéndole la cara para que la mirara, y los ojos turbios de Maca le confirmaron que sí-. Vale, vas mamada. Joder Maca, joder.... -empezó a maldecir Eva mientras pensaba en qué iba a hacer, al final se resignó-, pues nada, otra vez será... venga que te llevo a casa.
-         ¿Pero no íbamos al Afrodita? -preguntó Maca que aunque empezaba a notar que las cosas a su alrededor se movían un poco, aún estaba cuerda-.
-         Sí, pero así cómo te voy a llevar... déjalo, ya iremos otro día -le dijo Eva y le tendió la mano para ayudarla-, anda vamos.
-         Pero si estoy bien, es sólo que me está subiendo... pero se me pasa en un rato -le aseguró Maca con la carilla contenta-. Anda vamos, que te llevo a ver si pillas con una buenorra -le soltó de pronto Maca-.
-         Ni de coña, contigo así no me fío -se negó Eva-.
-         Anda tonta.... a ver si te crees que por unas copitas de nada ya voy a perder el norte -le aseguró Maca echándole el brazo por los hombros-. Además, me he propuesto buscarte algo mejor que esa Esther, porque literalmente me ha declarado la guerra y la verdad no me hace ni pizca de ilusión que te líes con el enemigo -le argumentó Maca mientras hacía esfuerzos por no tambalearse colgada del cuello de Eva-.
-         Jajaja... ¿Me vas a buscar novia? ¿tú? -se rió Eva, pues reconocía que hacía tiempo que no veía a su amiga “chisposa” y no dejaba de estar graciosa-.
-         Pues claro tontita... ¿quién mejor que yo? ¡Con lo que te quiero! -le dijo Maca dándole un beso en los labios-.
-         ¡Ay madre, tú vas fatal...! jajaja -se rió Eva de lo lanzada que veía a Maca, pero ésta sólo contestó con una sonrisa tonta pues el alcohol empezaba a hacer su cometido-.
20
Tras cena y copeo en sitios más tranquilos de la ciudad, Kate consiguió arrastrar a Esther hasta el Afrodita. La calle estaba en pleno auge, chicas y chicos entraban y salían de los pubs para encontrarse con amigos, hablar o simplemente cambiar de local.
-         Venga, vamos a entrar, es éste -la animó Kate parándose frente a una puerta donde dos chicas no mas allá de los dieciocho se metían mano sin escatimar en los mirones-.
-         ¡¿Quieres que entremos aquí?! -se asustó Esther-.
Kate la miró, luego revisó el letrero luminoso dónde el nombre del local timbraba.
-         “Afrodita” -leyó, luego se volvió a girar hacia Esther con una sonrisa-. Sí, aquí te dije que te llevaría, ¿no?
-         Ya, ya se leer, pero no me imaginé que me ibas a traer a este tipo de pub... -Esther echó un rápido vistazo para cerciorarse, luego terminó de decir lo que pensaba-... pero si no pasan de los veintipocos, ¿qué pintamos tú y yo aquí?
Kate se colocó delante de Esther y se la quedó mirando con actitud escrutadora, la miró de un lado en silencio, luego del otro y dijo.
-         Pues no me había fijado...
-         ¿En qué? -preguntó Esther pensando que algo de lo que llevaba estaba fuera de su sitio-.
-         No, que no me había fijado que el ejercito además de meterte ese palo en el culo que llevas, también te metió esas ideas carcas que te hacen pensar que eres una vieja verde por divertirte un poco -le espetó Kate, y luego sonrió-.
-         Pero que cabrona eres... -terminó por sonreír Esther, pues sus mazazos duros y a la cabeza le habían ayudado a readaptarse poco a poco a una vida común y más libre-. ¡Vale, entramos!
-         ¡Esa es mi chica! -añadió Kate y le pasó el brazo por la cintura para invitarla a entrar.
-         ¿Con que un palo en el culo, no? -le reprochó Esther con retintín mientras pasaba delante de ella-.
-         Jajajja... A veces, sólo a veces -la tranquilizó Kate entre risas, mientras poco a poco se iban adaptando al cambio de luz de aquel nuevo submundo-.
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Eva no dejaba de mirar de un lado para otro, faltaba un cuarto para las dos  y no veía a Esther por ningún lado. Los nervios en los que se consumía desde que por casualidad había escuchado a Esther mencionar la salida del sábado al Afrodita mientras hablaba por teléfono con su amiga Kate, no la dejaban vivir, aquella noche podía ser la noche, no para que se vieran y se tiraran irremediablemente una en brazos de la otra, pero al menos confirmaría que Esther “entendía” y tendría la oportunidad de hacerle saber a aquella mujer que ella también caminaba en la misma dirección. Por millonésima vez, miró el reloj y dio un barrido a la sala, estaba muy llena y había llegado la hora del apagón, así que la tenue luz no ayudaba mucho en la tarea. Resignada por no ver nada, volvió a echar un vistazo a la pista que era la única zona iluminada, e incrédula se frotó los ojos, pues no daba crédito a lo que veía.
....

-         Kate, aquí no se ve ni una mierda ¿seguro que no quieres que probemos en otro mas tranquilo? -le preguntó Esther, que estaba un poco harta de introducirse a empujones en aquel garito-.
-         Que no, que ya llegamos.... ves, la pista de baile -le dijo Kate, y tiró de Esther para que se colocara a su lado, pues hasta el momento había caminado a su espalda para tropezar menos-.

Esther echó un vistazo, una ducha de luces iluminaba la pista central que permanecía abarrotada y algo subida de tono, miró sin mirar sobre las parejas, hasta que de pronto    volvió a sentir aquel latigazo en mitad de su columna que provocó que por un segundo le flaquearan las rodillas.
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Eva se apresuró a bajar a la pista, le había perdido el rastro tan sólo unos minutos aprovechando que su amiga Bea había terminado yendo aquella noche y se habían puesto a saludarla, pero aquel tiempo fue más que suficiente para que Maca se desatara, mareada como iba, más de la cuenta. Al llegar a su lado, Eva trató de llamar su atención, pero la mujer con la que estaba bailando provocativamente, la volteaba cada dos por tres y Maca parecía tan a gusto que no dejaba de reírse con los envistes de aquella chica. De pronto la chica hizo amago de intentar besarla, algo que no consiguió dado que Maca puso a tiempo, o por casualidad, la cara de por medio mientras bailaban, entonces Eva supo que tenía que parar aquello antes de que Maca se lo echara en cara para el resto de su vida.

-         Macaaa -la llamó Eva mientras la cogía del brazo-.

Maca se sobresaltó absorta como estaba en su momento, pero al girarse y ver a Eva se le lanzó al cuello.

-         Evaaaaaaa..... ¿dónde estabas? -le preguntó Maca melosa, debido al alcohol-. Mira ven, que te he encontrado una chica muy maja... ¿oyee... oye... cómo te llamabas tú?
-         ¿Yo? ¡Cómo tú quieres guapa! -le dijo la joven con la que estaba bailando algo subidita de tono momentos antes-.
-         Jajaj.. Ves, perfecta -argumentó Maca entre risas-.

Eva le echó una mirada de pocos amigos a la chica, y ésta dejó de coger a Maca de la cintura en el acto.
-         Tía ya te vale... ¿no ves que va borracha? -le espetó Eva a la chica-.
-         Sólo estábamos bailando... -le contestó ella-.
-         Ya, y yo soy bombera, no te jode... si te faltaban manos -le ladró Eva-, que menudo magreo le has pegado.
-         Oye... qué yo sepa no se me ha quejado, ¿verdad bonita? -añadió la chica dirigiéndose esta vez a Maca-.

Maca la miró con aquella nueva sonrisa idiota que se le había puesto en la cara, luego se giró hacia Eva.

-         ¿Qué dice ésta?... jajaja... En serio Eva, cómo tú empieces a hablar así a las chicas, yo me borro de tu nuevo estatus... jajajaja... Ni Nando me dice “¿verdad bonita?”... -imitó Maca la voz de la joven, la cual cambió la cara de felicidad por un mosqueo tremendo, se dio media vuelta y se largo-. Uy, que va a ser que se ha molestado.
-         Anda que ya te vale. Coño, para un día que consigo que salgas conmigo a solas, y no veas como te has puesto, hasta las trancas. ¿Sé puede saber que hacías ligando con esa? ¿Y dónde está Bea?

Maca se cogió de la mano de Eva como niña obediente y luego se defendió.

-         Primero, estoy bien... sólo voy un poco pues contentilla, nada más -abogó Maca dando un tras pies por el repentino parón que había hecho Eva al llegar dónde tenían las copas - , ¡coño que me mato!
-         ¡Cuidado, no ves que te caes! -la cogió Eva a tiempo, pero Maca siguió a lo suyo-.
-         Segundo, no estaba ligando... es que tenía ganas de bailar y cómo aquí no hay más que tías y tú no estabas, pues hija... una se amolda a lo que puede -contestó a la segunda cuestión mientras removía la pajita de su vaso por si podía sacar un último sorbo-. Y tercero.... Bea se ha metido en la barra porque su amiga Sofía se lo ha pedido, por cierto, eso me recuerda que tenemos que rellenar esto, que hay que aprovechar que no nos cobran -dijo Maca levantando su vaso de tubo vacío-.
-         Tú vas a rellenar una “fucareta”, ni de coña te tomas otra -le decía Eva quitándole el vaso de las manos-.
-         ¡Ayyy..... pero si estoy bien! -se quejó Maca-.
-         Que no hay más Maca, además vamos a despedirnos de Bea y nos vamos, que es lo que tendríamos que haber hecho antes de que me convencieras para no llevarte a casa y venirnos aquí -le dijo Eva dejando el vaso en la mesa de pie y cogiendo a Maca de la mano para dirigirla hacia la salida-.

No habían dado ni siquiera tres pasos cuando se toparon con Esther de frente, pues desde que había visto a Maca en la pista, ya no había podido apartar los ojos de aquellas dos mujeres.

Continuará...

2 comentarios:

  1. muy bueno!!! cada vez se pone mejor la historia! Ahora a esperar el proximo cap!!!

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    Respuestas
    1. Gracias Vane, por tu comentario y por tu lectura.

      Me alegra saber que te está gustando!

      Un saludo!

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