jueves, 10 de enero de 2013

Dibujada en mi mente (TOMO 2) -cap 72-




“DIBUJADA EN MI MENTE" (TOMO 2)
(Fanfic escrito para el foro Maca y Esther –Hospital Central-, por Sageleah)

DESCRIPCIÓN:
Una estudiante de bellas artes con gran talento  y una inocencia casi mágica, se adentrará en la edad adulta hipnotizada por una estudiante de medicina mayor que ella y un abismo de vivencias que las separan. Juntas descubrirán los claros-oscuros que la pasión y el amor encierran, en un relato donde el crecimiento personal y la lucha por ser uno mismo, combate con el equilibrio de forjar una unión entre dos mujeres, sus anhelos y sus miedos.

72



Conversación de Skype.

-       ¡Dios mío que guapísima estás! –exclamó Esther nada más ver su cara en la pantalla del ordenador. Los ojos le chispeaban solo de verla y su sonrisa se hizo magnánima-.
-       Tú sí que estás guapísima –también le sonrió Maca, que estaba encantada de que hubieran encontrado un hueco para conectar-.
-       Sí, claro… con esta nariz toda roja… mierda de resfriado –se quejó Esther de no estar en mejores condiciones, y volvió a sonarse-.

A Maca le daba igual, para ella siempre estaba hermosa. Daría lo que fuera por estar allí para cuidarla, para abrazarla, mimarla… su cuerpo ansiaba tanto su presencia que dolía, evitó pensar en sus anhelos.

-       Si no estuvieras enferma no habrías podido quedarte hoy en casa y no podríamos estar conectadas –le hizo ver el lado positivo Maca para que volviera a sonreír y no hacer pucheros, aunque estaba muy graciosa cuando los hacía-.
-       Eso sí…. al menos te tengo en mi camita –dijo Esther con un juego divertido de cejas, pues estaba acostada con el ordenador en el regazo para no pasar frío, tenía el cuerpo dolorido desde hacía un par de días-.
-       jajajaja… qué más quisiera yo que estar realmente en tu cama, se te iba a quitar el resfriado en un plis-plas –se rió Maca por cómo seleccionaba Esther las palabras para provocarla. En más de una ocasión, por juegos que habían empezado con frases como aquella, habían terminado con cibersexo entre las dos-.
-       ¿por qué? ¿me ibas a curar con tus remedios de doctora? –quiso saber Esther, sonriendo maliciosamente-.
-       Noooo… te iba a poner a sudar como una posesa…. –le susurró Maca acercándose el micrófono a los labios y a Esther le recorrió un tremendo escalofrío, casi podía sentir el silbido de sus “eses” soplando en su oreja-. Agrrr…. cambiemos de tema, que al final nos liaremos y no estás en condiciones.
-       ¿Por qué no? Estoy resfriada no manca… -soltó Esther de pronto, en realidad ya se sentía precalentada y no era por la fiebre-.
-       jajajajaja… ¡Dios mío! He construido un monstruo del sexo… -Maca tuvo que reírse por sus palabras. No es que no quisiera hacer el amor con ella aunque fuera de aquel modo, es que tras la tempestad de oírla correrse, de verla excitarse y explosionar, luego no llegaba la calma de poder abrazarla y sentir como el calor de su piel poco a poco se extinguía entre sus brazos, y aquello la desolaba. Maca ni siquiera sabía cómo estaba sobreviviendo a aquel periodo de abstinencia, no recordaba haber pasado sin sexo tras su adolescencia, y evidentemente los años de su infancia no contaban. “Y Verónica quiere que deje de trabajar… si no estuviera tan cansada por el trabajo, hubiera muerto ya de inanición sexual”, pensó y una sonrisa cínica cruzó por su rostro-.
-       jajajaja… pues bien que no te quejas cuando me tienes delante –contestó Esther ajena a sus pensamientos-.
-       No es lo mismo, cuando te tengo delante podría alimentarme solamente de ti y no moriría, pero cuando lo hacemos por aquí me quedo destrozada varias semanas… me mata no tocarte, besarte…. ufff… -Maca suspiró, no quería pensar en ello. Se sentía derrotada sólo de hacerlo-.
-       Lo sé, mi amor. A mí me pasa lo mismo –Esther también se puso seria viendo el rostro de Maca-. Estoy deseando que acabe ya este curso y de volverme a Madrid para terminar la carrera el año que viene allí, pegadita a ti. No me van a despegar de tu cuerpo ni con una pala –le dijo sonriendo-.

A Maca se le congeló la sangre. Estaba cometiendo el mismo agravante que había cometido Esther el año pasado cuando no le había mencionado lo de su beca. Sin embargo Maca no quería preocuparla sin motivo, estaba muy lejos para llenarle la cabeza de cosas que entorpecerían de seguro aquella experiencia que estaba viviendo. Kate decía que parecía más concentrada que nunca y que los resultados en otras asignaturas que no tenían nada que ver con su especialidad, habían también acabado motivándola y sacando de ella otras cualidades. ¿Merecía la pena preocuparla sin tener nada seguro todavía? Maca albergaba la esperanza de que le rechazaran como candidata y así no tener que tomar una decisión tan difícil como aquella, pues no quería tener que arrepentirse por tomar uno u otro camino. En realidad, aquella posibilidad era la más probable, se decía. A fin de cuentas sólo se concedían dos becas nacionales y estaba segura de que habría mejores expedientes que el suyo.

-       ¿Estás bien? –le preguntó Esther tras verla pensativa y tensa-.

Maca volvió a centrar sus ojos en ella y suavizó sus facciones en el acto.

-       Sí, es sólo que… te echo mucho de menos –le dijo Maca y era tan cierto que casi se le escapó una lágrima-.
-       Y yo a ti, mi amor… muy, mucho –y Esther puso sus labios sobre el monitor para que se besaran-.

Continuará...

5 comentarios:

  1. Joooooo, qué cortito!!!
    Por qué nos haces sufrir así, por qué????!!!????
    :-P

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  2. Yo tambien sufro!!!!!

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  3. Ohhhh... no me di cuenta de que era tan cortito, mañana mismo lo resuelvo para compensaros. Gracias por comentar.

    Un saludo!

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