viernes, 15 de febrero de 2013

Dibujada en mi mente (TOMO 2) -cap 79-




“DIBUJADA EN MI MENTE" (TOMO 2)
(Fanfic escrito para el foro Maca y Esther –Hospital Central-, por Sageleah)

DESCRIPCIÓN:
Una estudiante de bellas artes con gran talento  y una inocencia casi mágica, se adentrará en la edad adulta hipnotizada por una estudiante de medicina mayor que ella y un abismo de vivencias que las separan. Juntas descubrirán los claros-oscuros que la pasión y el amor encierran, en un relato donde el crecimiento personal y la lucha por ser uno mismo, combate con el equilibrio de forjar una unión entre dos mujeres, sus anhelos y sus miedos.





79

Madrid.

Verónica estaba leyendo en el sofá tranquilamente cuando un mensaje en su móvil llamó su atención.

“Estoy en la ciudad este fin de semana. Llámame, me gustaría verte… hagamos cosas pecaminosas juntas. Te besaré en todas partes. Xris”

El móvil tembló en sus manos un instante. No era el primer mensaje de aquel tipo que recibía en los últimos meses. Verónica había cosechado una lista nada despreciable de antiguas amantes que iban y venían, y con las que le gustaba repetir de tanto en tanto cuando viajaban a verla a Sevilla o ella misma visitaba cuando se desplazaba para evadirse. Sin embargo, ahora que ya estaba operada y había terminado con su tratamiento, aquel mensaje le recordó que había una parte de su vida que había estado posponiendo con gran temor. Concentrada en vencer sólo un día tras otro, acunada por la tranquilidad de aquella casa alejada de todo su mundo, su familia, sus negocios, su entorno… refugiada en la inmensa paz y confort que le brindaba Maca, casi había olvidado que tenía otra vida a la que regresar y no sabía si sería capaz de hacerlo. Volvió a releer el mensaje, y la imagen de Xris y de lo que juntas habían compartido, se materializó en su mente enviándole una onda expansiva entre sus piernas. Dejó el móvil como si quemara y se puso de pie. Nerviosa, se pasó una mano por su largo y rubio cabello, su lívido claramente había vuelto.

La puerta del piso se abrió.

-       ¡Ey! ¿Cómo estás, guapa? –la saludó Maca con una sonrisa mientras colgaba el abrigo en el mini recibidor y dejaba su mochila en el suelo-.
-       ¡Maca! –suspiró con alivio Verónica, pues no quería pensar en aquello-. Bien, estaba leyendo. ¿Y tú, qué tal el día? Hoy tenías examen, ¿no?

Maca y ella se dieron un beso de bienvenida en la cara, y luego Verónica siguió a su amiga hasta la cocina.

-       Sí, pero estoy contenta. La verdad es que me ha ido muy bien. No estaba muy segura, porque no me lo había preparado como otras asignaturas que llevo trabajando más tiempo, pero leí las preguntas y salió solo. Es increíble lo que me está ayudando en este cuatrimestre trabajar junto a Cruz. Es como si todo lo retenido sin razón durante estos años, fuera cogiendo forma, ¿sabes lo que quiero decir? –Maca estaba claramente entusiasmada, y su alegría se contagiaba a cada recodo de la casa, también a Verónica-.
-       Sí –le contestó con una sonrisa franca-.

Maca abrió una cerveza de la nevera y tomó un trago mientras se recostaba en la encimera. Verónica se había sentado a escucharla en una de las sillas. Sonrió.


-       No sé, Vero. Creo de verdad que es mi momento. Que todo lo vivido, ahora tiene sentido. Ya no son sólo libros ni apuntes, ahora puedo ayudar de verdad, ¿entiendes? –le confesó Maca. Hoy su energía estaba al máximo-.

Verónica se levantó de la silla y fue hasta ella, le arrebató la cerveza de las manos.

-       Por ti, futura doctora de primera –brindó Verónica por su amiga, y luego dio un trago-.
-       jajajaja…  no sé si de primera, pero doctora a fin de cuentas –brindó también Maca por aquel deseo, y bebió junto a ella-.

Tras un poco de conversación distendida, unas risas y un par de cervezas más, a Maca se le encendió una bombilla.

-       ¿Por qué no salimos? –le propuso Maca, no le apetecía nada quedarse en casa-.
-       ¿Hoy, jueves? ¿Y el hospital? –Verónica se extrañó, Maca casi nunca tenía tiempo para evadirse-.
-       Como tenía examen y el lunes por la mañana tengo otro, Cruz me ha dado carta blanca hasta que los termine. Así que podemos salir hoy, y mañana ya estudio todo el día hasta que me vaya a trabajar. ¡Venga, me apetece! Te invito a cenar y luego nos tomamos algunas copas y vamos a bailar. Celebraremos tu fin de tratamiento y mi pedazo de examen. ¿Qué me dices? –Maca necesitaba desesperadamente aquel respiro y su sonrisa pícara y persuasiva no se hizo de esperar-.

Verónica se le quedó mirando de cerca, Maca era jodidamente sexy cuando sonreía de aquel modo.

-       Con una condición –le propuso-. Vamos, pero yo me encargo de pagarlo todo, cena, copas, taxi… ¿hace?

Maca entornó los ojos. Verónica le cogió la cara con las manos y se rió.

-       Eres una cabezota, déjame que te invite yo esta vez. En serio que necesito sentirme útil… ¿me lo concedes? –trató Verónica de convencerla y suavizar el gruñido que estaba a punto de darle-.
-       Lo discutiremos por el camino
-       jajajaja…. no, o pago yo o no salimos –aquella vena rebelde de Maca siempre le había gustado, pero también podía desesperarla-.
-       aggrrrr… vuelves a ser una auténtica tocapelotas, ¿lo sabes no? –se quejó Maca, la verdad es que estaba demasiado contenta con el hecho de ver a Verónica tan bien de salud, y con el día que había tenido-.
-       Viniendo de ti es todo un señor cumplido –le guiñó un ojo Verónica-. ¿Entonces qué? ¿salimos o no salimos? ¿hay trato?

Maca se mordió el labio inferior mientras le lanzaba una mirada asesina. Claramente se iba a dar por vencida.

-       Esta vez ganas, fea –le dijo Maca apuntándole con el dedo-. Pero no te acostumbres, porque no va a volver a pasar. ¡Fiestaaaaaaa! Me pido primera para la ducha.

Verónica no pudo por más que reír mientras veía a Maca danzar hasta el cuarto de baño. Ojalá todo fuera tan fácil como la relación que mantenía con ella.
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Amsterdam.

Esther llamó a la puerta de la habitación de Alex.

-       Adelante –escuchó, y la abrió-.
-       Kate dice que vamos a cenar en diez minutos –le anunció Esther desde el quicio-.
-       Ok, ahora voy –le contestó Alex sin levantar la vista de lo que estaba haciendo-.

Esther se sintió intrigada de pronto. Alex y ella habían empezado despacio pero sin pausa a reconstruir sus lazos de amistad, y en los últimos días veía a su amiga bastante concentrada con su trabajo.

-       Puedo saber, ¿en qué andas? –le preguntó tímidamente Esther sin atreverse del todo a molestarla. Alex levantó la mirada y se encontró con la de Esther-. Tengo curiosidad –le dijo ella, y con una sonrisa Alex la invitó a pasar-.
-       Anda ven, te lo enseño.

Alex quitó ropa de encima de una silla, y la acercó a su mesa de trabajo para que Esther pudiera sentarse a su lado para ver lo que hacía. Esther casi corrió a tomar asiento, le parecía súper interesante la forma de trabajo de Alex, pero sus clases particulares se habían interrumpido en el mismo momento en que su amiga había salido corriendo con sus sentimientos por ella hacia la puerta de huida.

-       Oh, ¿es Kate? –le preguntó Esther sorprendida-.
-       Sí, estoy trabajando en algunos bocetos previos sobre sus facciones, y probando con algunos materiales. Así podré sacarle mejor partido a las dos sesiones que me ha brindado –le explicó Alex, y le tendió un par de fotos y dibujos que había hecho-. Mira esto… ¿ves?, señalo las proporciones, y anoto rasgos que le darán luego calidez. Sus dos lunares pequeños en la base del cuello, los ligeros hoyuelos, ¿ves esas arrugas que se le hacen cuando sonríe con los ojos? Si las remarco mucho parecerá enfadada.
-       Esto es genial, dibujas muy bien –le reconoció Esther ojeando todo el material que le brindaba-.
-       Bah, me defiendo, nada que ver con lo que haces tú, pero es suficiente para mi trabajo –le concedió Alex y siguió con lo suyo-. Lo que me preocupa son sus ojos, creo que no me dará tiempo a matizarlos y no sé si optar por hacer los rasgos más abstractos, ¿qué opinas?

Alex le enseñó dos bocetos distintos del rostro de Kate. En uno de ellos la mirada azul y viva de Kate estaba reflejada con sus iris rallados y puntos de brillo. En el otro el rostro era de líneas más rectas, el fondo de mirada simplemente se percibía y no había detalle en sus facciones.

-       Me gusta más el primero –le dijo Esther-.
-       Ya, a mí también –arrugó Alex la nariz tomando el boceto en la mano-. Lo que pasa es que en dibujo es fácil, pero transmitirlo en material sólido es bastante complicado. No quiero que la escultura sea muy grande, porque sino no me dará tiempo a dejarla bien perfilada, y trabajar en formato mediano-pequeño a ese nivel de detalle… uff.

Esther la miró, por las clases que había tomado con ella entendía un poco mejor cómo trabajaba su cabeza a la hora de plantear una figura, y empezaba a entender dónde estaba el problema y preocupación de Alex sobre los ojos de Kate.

-       Bueno, y si…. ¿me dejas?
-       Claro

Esther cogió un folio en blanco y un lápiz, seleccionó un cuadrante de la mirada de Kate y se puso a dibujar sus ojos con menos líneas para simplificar lo que luego sería trazado en el material, pero que fuera lo suficiente como para expresar la carismática mirada de su mentora. Desechó un par de intentos, dibujó, borró y volvió a dibujar, hasta que al final la idea empezó a plasmarse nítida.

-       ¡Chicas, la cena! –les gritó Kate desde la cocina-.
-       ¡Ya vamos! –le gritó Alex para que Esther no se detuviera, parecía estar consiguiéndolo-.

Por fin Esther dejó de dibujar, y ante ellas unos ojos bastante conseguidos de Kate, sin exceso de trazos, les devolvió la mirada. Ambas lo contemplaron y luego se miraron la una a la otra con una sonrisa. Su nivel de comprensión y complementación era fantástico.

Continuará...

1 comentario:

  1. Tanta miel y cosas tan "lindas" que están viviendo ambas por separado, está bien. No seré exceptica. Pero si pitonisa: las partes, situaciones, hechos, cosas ocultas que han pasado en la vida de Maca y Esther, va explotar...

    ¿Hasta donde es valido entender las omisiones cometidas?

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