“DIBUJADA EN MI MENTE" (TOMO 2)
(Fanfic escrito para el foro Maca y Esther –Hospital Central-, por Sageleah)
DESCRIPCIÓN:
Una estudiante de bellas artes con gran talento y una inocencia casi mágica, se adentrará en la edad adulta hipnotizada por una estudiante de medicina mayor que ella y un abismo de vivencias que las separan. Juntas descubrirán los claros-oscuros que la pasión y el amor encierran, en un relato donde el crecimiento personal y la lucha por ser uno mismo, combate con el equilibrio de forjar una unión entre dos mujeres, sus anhelos y sus miedos.
79
Madrid.
Verónica estaba
leyendo en el sofá tranquilamente cuando un mensaje en su móvil llamó su
atención.
“Estoy en la ciudad este fin de semana.
Llámame, me gustaría verte… hagamos cosas pecaminosas juntas. Te besaré en
todas partes. Xris”
El móvil tembló
en sus manos un instante. No era el primer mensaje de aquel tipo que recibía en
los últimos meses. Verónica había cosechado una lista nada despreciable de
antiguas amantes que iban y venían, y con las que le gustaba repetir de tanto
en tanto cuando viajaban a verla a Sevilla o ella misma visitaba cuando se desplazaba
para evadirse. Sin embargo, ahora que ya estaba operada y había terminado con
su tratamiento, aquel mensaje le recordó que había una parte de su vida que
había estado posponiendo con gran temor. Concentrada en vencer sólo un día tras
otro, acunada por la tranquilidad de aquella casa alejada de todo su mundo, su
familia, sus negocios, su entorno… refugiada en la inmensa paz y confort que le
brindaba Maca, casi había olvidado que tenía otra vida a la que regresar y no
sabía si sería capaz de hacerlo. Volvió a releer el mensaje, y la imagen de
Xris y de lo que juntas habían compartido, se materializó en su mente
enviándole una onda expansiva entre sus piernas. Dejó el móvil como si quemara
y se puso de pie. Nerviosa, se pasó una mano por su largo y rubio cabello, su
lívido claramente había vuelto.
La puerta del
piso se abrió.
-
¡Ey! ¿Cómo estás, guapa? –la saludó Maca con una
sonrisa mientras colgaba el abrigo en el mini recibidor y dejaba su mochila en
el suelo-.
-
¡Maca! –suspiró con alivio Verónica, pues no
quería pensar en aquello-. Bien, estaba leyendo. ¿Y tú, qué tal el día? Hoy
tenías examen, ¿no?
Maca y ella se
dieron un beso de bienvenida en la cara, y luego Verónica siguió a su amiga
hasta la cocina.
-
Sí, pero estoy contenta. La verdad es que me ha
ido muy bien. No estaba muy segura, porque no me lo había preparado como otras
asignaturas que llevo trabajando más tiempo, pero leí las preguntas y salió
solo. Es increíble lo que me está ayudando en este cuatrimestre trabajar junto
a Cruz. Es como si todo lo retenido sin razón durante estos años, fuera
cogiendo forma, ¿sabes lo que quiero decir? –Maca estaba claramente
entusiasmada, y su alegría se contagiaba a cada recodo de la casa, también a
Verónica-.
-
Sí –le contestó con una sonrisa franca-.
Maca abrió una
cerveza de la nevera y tomó un trago mientras se recostaba en la encimera.
Verónica se había sentado a escucharla en una de las sillas. Sonrió.
-
No sé, Vero. Creo de verdad que es mi momento.
Que todo lo vivido, ahora tiene sentido. Ya no son sólo libros ni apuntes,
ahora puedo ayudar de verdad, ¿entiendes? –le confesó Maca. Hoy su energía
estaba al máximo-.
Verónica se
levantó de la silla y fue hasta ella, le arrebató la cerveza de las manos.
-
Por ti, futura doctora de primera –brindó
Verónica por su amiga, y luego dio un trago-.
-
jajajaja…
no sé si de primera, pero doctora a fin de cuentas –brindó también Maca
por aquel deseo, y bebió junto a ella-.
Tras un poco de
conversación distendida, unas risas y un par de cervezas más, a Maca se le encendió
una bombilla.
-
¿Por qué no salimos? –le propuso Maca, no le
apetecía nada quedarse en casa-.
-
¿Hoy, jueves? ¿Y el hospital? –Verónica se
extrañó, Maca casi nunca tenía tiempo para evadirse-.
-
Como tenía examen y el lunes por la mañana tengo
otro, Cruz me ha dado carta blanca hasta que los termine. Así que podemos salir
hoy, y mañana ya estudio todo el día hasta que me vaya a trabajar. ¡Venga, me
apetece! Te invito a cenar y luego nos tomamos algunas copas y vamos a bailar.
Celebraremos tu fin de tratamiento y mi pedazo de examen. ¿Qué me dices? –Maca
necesitaba desesperadamente aquel respiro y su sonrisa pícara y persuasiva no
se hizo de esperar-.
Verónica se le
quedó mirando de cerca, Maca era jodidamente sexy cuando sonreía de aquel modo.
-
Con una condición –le propuso-. Vamos, pero yo
me encargo de pagarlo todo, cena, copas, taxi… ¿hace?
Maca entornó los
ojos. Verónica le cogió la cara con las manos y se rió.
-
Eres una cabezota, déjame que te invite yo esta
vez. En serio que necesito sentirme útil… ¿me lo concedes? –trató Verónica de
convencerla y suavizar el gruñido que estaba a punto de darle-.
-
Lo discutiremos por el camino
-
jajajaja…. no, o pago yo o no salimos –aquella
vena rebelde de Maca siempre le había gustado, pero también podía desesperarla-.
-
aggrrrr… vuelves a ser una auténtica
tocapelotas, ¿lo sabes no? –se quejó Maca, la verdad es que estaba demasiado
contenta con el hecho de ver a Verónica tan bien de salud, y con el día que
había tenido-.
-
Viniendo de ti es todo un señor cumplido –le guiñó
un ojo Verónica-. ¿Entonces qué? ¿salimos o no salimos? ¿hay trato?
Maca se mordió
el labio inferior mientras le lanzaba una mirada asesina. Claramente se iba a
dar por vencida.
-
Esta vez ganas, fea –le dijo Maca apuntándole
con el dedo-. Pero no te acostumbres, porque no va a volver a pasar.
¡Fiestaaaaaaa! Me pido primera para la ducha.
Verónica no pudo
por más que reír mientras veía a Maca danzar hasta el cuarto de baño. Ojalá
todo fuera tan fácil como la relación que mantenía con ella.
---
Amsterdam.
Esther llamó a
la puerta de la habitación de Alex.
-
Adelante –escuchó, y la abrió-.
-
Kate dice que vamos a cenar en diez minutos –le
anunció Esther desde el quicio-.
-
Ok, ahora voy –le contestó Alex sin levantar la
vista de lo que estaba haciendo-.
Esther se sintió
intrigada de pronto. Alex y ella habían empezado despacio pero sin pausa a
reconstruir sus lazos de amistad, y en los últimos días veía a su amiga
bastante concentrada con su trabajo.
-
Puedo saber, ¿en qué andas? –le preguntó
tímidamente Esther sin atreverse del todo a molestarla. Alex levantó la mirada
y se encontró con la de Esther-. Tengo curiosidad –le dijo ella, y con una
sonrisa Alex la invitó a pasar-.
-
Anda ven, te lo enseño.
Alex quitó ropa
de encima de una silla, y la acercó a su mesa de trabajo para que Esther
pudiera sentarse a su lado para ver lo que hacía. Esther casi corrió a tomar
asiento, le parecía súper interesante la forma de trabajo de Alex, pero sus
clases particulares se habían interrumpido en el mismo momento en que su amiga
había salido corriendo con sus sentimientos por ella hacia la puerta de huida.
-
Oh, ¿es Kate? –le preguntó Esther sorprendida-.
-
Sí, estoy trabajando en algunos bocetos previos
sobre sus facciones, y probando con algunos materiales. Así podré sacarle mejor
partido a las dos sesiones que me ha brindado –le explicó Alex, y le tendió un
par de fotos y dibujos que había hecho-. Mira esto… ¿ves?, señalo las
proporciones, y anoto rasgos que le darán luego calidez. Sus dos lunares
pequeños en la base del cuello, los ligeros hoyuelos, ¿ves esas arrugas que se
le hacen cuando sonríe con los ojos? Si las remarco mucho parecerá enfadada.
-
Esto es genial, dibujas muy bien –le reconoció
Esther ojeando todo el material que le brindaba-.
-
Bah, me defiendo, nada que ver con lo que haces
tú, pero es suficiente para mi trabajo –le concedió Alex y siguió con lo suyo-.
Lo que me preocupa son sus ojos, creo que no me dará tiempo a matizarlos y no
sé si optar por hacer los rasgos más abstractos, ¿qué opinas?
Alex le enseñó
dos bocetos distintos del rostro de Kate. En uno de ellos la mirada azul y viva
de Kate estaba reflejada con sus iris rallados y puntos de brillo. En el otro
el rostro era de líneas más rectas, el fondo de mirada simplemente se percibía
y no había detalle en sus facciones.
-
Me gusta más el primero –le dijo Esther-.
-
Ya, a mí también –arrugó Alex la nariz tomando
el boceto en la mano-. Lo que pasa es que en dibujo es fácil, pero transmitirlo
en material sólido es bastante complicado. No quiero que la escultura sea muy
grande, porque sino no me dará tiempo a dejarla bien perfilada, y trabajar en
formato mediano-pequeño a ese nivel de detalle… uff.
Esther la miró,
por las clases que había tomado con ella entendía un poco mejor cómo trabajaba
su cabeza a la hora de plantear una figura, y empezaba a entender dónde estaba
el problema y preocupación de Alex sobre los ojos de Kate.
-
Bueno, y si…. ¿me dejas?
-
Claro
Esther cogió un
folio en blanco y un lápiz, seleccionó un cuadrante de la mirada de Kate y se
puso a dibujar sus ojos con menos líneas para simplificar lo que luego sería
trazado en el material, pero que fuera lo suficiente como para expresar la
carismática mirada de su mentora. Desechó un par de intentos, dibujó, borró y
volvió a dibujar, hasta que al final la idea empezó a plasmarse nítida.
-
¡Chicas, la cena! –les gritó Kate desde la
cocina-.
-
¡Ya vamos! –le gritó Alex para que Esther no se
detuviera, parecía estar consiguiéndolo-.
Por fin Esther
dejó de dibujar, y ante ellas unos ojos bastante conseguidos de Kate, sin
exceso de trazos, les devolvió la mirada. Ambas lo contemplaron y luego se
miraron la una a la otra con una sonrisa. Su nivel de comprensión y
complementación era fantástico.
Continuará...
Tanta miel y cosas tan "lindas" que están viviendo ambas por separado, está bien. No seré exceptica. Pero si pitonisa: las partes, situaciones, hechos, cosas ocultas que han pasado en la vida de Maca y Esther, va explotar...
ResponderEliminar¿Hasta donde es valido entender las omisiones cometidas?