jueves, 21 de febrero de 2013

Dibujada en mi mente (TOMO 2) -cap 80-



“DIBUJADA EN MI MENTE" (TOMO 2)
(Fanfic escrito para el foro Maca y Esther –Hospital Central-, por Sageleah)

DESCRIPCIÓN:
Una estudiante de bellas artes con gran talento  y una inocencia casi mágica, se adentrará en la edad adulta hipnotizada por una estudiante de medicina mayor que ella y un abismo de vivencias que las separan. Juntas descubrirán los claros-oscuros que la pasión y el amor encierran, en un relato donde el crecimiento personal y la lucha por ser uno mismo, combate con el equilibrio de forjar una unión entre dos mujeres, sus anhelos y sus miedos.



80

Madrid.

Verónica limpió el espejo del vaho acumulado en el cuarto de baño. Se peinó el pelo aún mojado y luego se cepilló los dientes. El entusiasmo de Maca por salir se le había contagiado, pero ahora que estaba más calmada y a solas debía admitir que empezaba a encontrarse cómoda con aquellas noches sosegadas que pasaban frente al televisor. “¡Ya vale!... No puedes encerrarte para siempre en casa, hay que salir”, se dijo a sí misma para alejar a la pereza y lo que se escondía tras ella. Empezó a ponerse body milk en las piernas, y en los brazos, y al quitarse la toalla que en parte la cubría, se obligó a mirarse nuevamente en el espejo. Sus pechos claramente desiguales la miraron de frente, y no pudo evitar temblar. Verónica nunca hablaba de ello, durante el día era tan fácil camuflarlo con el sujetador, que ella misma había desarrollado sus propios mecanismos internos de defensa para simplemente no verse. Sin embargo eran momentos como aquellos los que le devolvían una bofetada de realidad devastadora para ella.

“… hagamos cosas pecaminosas juntas… Te besaré en todas partes…”

Verónica apartó la mirada del espejo y nerviosa volvió a cubrirse con la toalla al recordar por un segundo las palabras de aquel mensaje. Salió corriendo del cuarto de baño, no quería mirar atrás.

-       ¡Ey! –Verónica se chocó en su huida con Maca, ésta la cogió por los brazos para mitigar el golpe-. ¿A qué tanta prisa?

Al detenerse de frente, Maca se dio cuenta de que Verónica temblaba, le acomodó con los dedos los mechones de su cabello mojado que alborotados le cubrían la cara.

-       ¿Estás bien? –le preguntó preocupada-.
-       Sí, sí… tranquila, estoy bien. Es que me he destemplado un poco con el cambio de temperatura de allí dentro. No te preocupes –le dijo Verónica, y con una sonrisa se liberó de la mirada interrogante de Maca-. ¿Cómo vamos de tiempo?
-       No tenemos prisa –le indicó Maca sin tenerlas todas consigo-.
-       Vale, pues me visto, seco el pelo y soy toda tuya, ¿de acuerdo? –le dijo Verónica tratando de volver a una pauta con objetivos-.
-       De acuerdo –le contestó Maca sin dejar de mirarla-.

Verónica cogió la ropa interior del armario común, y antes de quitarse la toalla se dio cuenta de que Maca seguía plantada observándola. Haciendo un último esfuerzo por apartar lo más lejos posible aquel atisbo de pánico que había sentido hacía unos minutos, la miró con cara de ninfómana consabida.

-       ¿Qué? ¿Vas a quedarte ahí mirándome como distracción? ¿o es que repentinamente te han entrado ganas de mí? –jugó con ella en un intento de que Maca se tranquilizara y no la mirara preocupada-. Porqué lo podríamos arreglar, ¿sabes?
-       jajaja… perdona, perdona… anda vístete, te dejo tranquila –se rió Maca por su proposición. Verónica nunca cambiaría-.
-       Buena chica –le dijo Verónica guiñándole un ojo, y al ver que Maca se alejaba hacia el salón, y ponía la televisión, se tranquilizó un poco y se concentró en prepararse-.

Amsterdam.

La cena fue rápida y distendida. Kate se dio cuenta en seguida que aquellas dos
tramaban algo, pero no consiguió que soltaran prenda. A Kate le gustaba que volvieran a congeniar, y que los momentos de paz volvieran a la casa, pero algo en las miradas que se profesaban no dejaba de inquietarla. Alex estaba completamente colada por Esther, y su joven pintora no parecía darse cuenta de que también albergaba sentimientos por Alex más allá de la pura amistad. Kate pensó en Maca. Parecía que fuera ayer, y ya hacía más de cinco años que se conocían. Por su cabeza pasó el recuerdo de cuando las presentaron, recordó lo mucho que la atrajo su salvaje belleza y su personalidad arrolladora y desprovista de complejos. Era tan joven, y tan inquietante. Los ojos de Maca nunca te dejaban indiferentes, te traspasaban, estaban llenos de vida, de experiencias... pero también de oscuridad.

Alex y Esther terminaron de recoger y le indicaron que volvían al cuarto a trabajar. Kate las vio alejarse por el pasillo, se secó las manos y se dirigió al salón. Cogió una carpeta y distraída encendió la tele de fondo. Rebuscó entre sus hojas, y entre sus manos encontró lo que buscaba. Uno de los dibujos de Esther sobre Maca le devolvió la mirada. Cuanta fragilidad había en su cuerpo cuando posaba desnuda, y a la vez cuanta fuerza. Sus hombros eran arrogantes, sus piernas finas vigas sólidas, tan sólidas como sus ideas y principios anclados al suelo, su cuello era puro veneno, tremendamente perturbador por su belleza, pero su cara… Kate se quedó contemplándola detenidamente. Que Esther hubiera sido capaz de atravesar aquella muralla invisible que rodeaba a Maca no le sorprendía en absoluto, lo que la maravillaba era el efecto liberador que para Maca había supuesto reencontrarse a sí misma bajo sus ojos. Kate no tenía tan claro que Esther estuviera completa en ese sentido.

Madrid. 2:30 a.m.

Tras una cena de risas, charla, recuerdos y buen vino. Vinieron las ganas de baile, copas y pasarlo bien. A diferencia de lo que habían hecho las últimas veces, esta vez Maca quiso ir a su pub de trabajo. Bailó sin preocupación con algunas de sus clientas más insistentes, dejó que la invitaran a ella y a Verónica a chupitos, se rieron, bailaron y disfrutaron de un coqueteo malsano que ambas sabían que podían manejar de sobra. Vero y Maca hacían un equipo más que explosivo, atrapaban todas las miradas, y cuando reían a carcajadas, era imposible no querer conocer los motivos de sus ganas. Seguras de sí mismas, y con la libertad de no esperar nada, de no pretender nada de todo aquel séquito que se arremolinaba entorno a ellas, disfrutaron de la noche y de su mutua compañía.

-       jajaja… de veras que me halagas, pero esta noche estoy comprometida –burló Verónica a una chica bastante insistente que ya la estaba agobiando un poco-.

Maca notó como Verónica se colgaba de su cuello en señal de posesión, y sonrió prestando atención a la escena.

-       Ah, no sabía que Maca fuera tu pareja –se sorprendió la chica al ver quien era la acompañante de la despampanante rubia que había conocido en la pista. Todo el mundo conocía allí a la inaccesible barwoman, ella misma había intentado entrarle en alguna ocasión, pero Maca sabía bien como dar un “no” sin ofenderte-. Eso explica porque nunca… bueno, lo explica todo.

Verónica y Maca la miraron interesadas, y luego se miraron mutuamente. A las dos se les dibujó una sonrisa inmensa y pícara ante aquel malentendido. Se complementaban tan bien, y tenían caracteres tan parecidos, que a la vez se engancharon con total naturalidad al carro de aquel juego inesperado.

-       Perdona, ¿a qué todo te refieres? –le preguntó Verónica entrecerrando los ojos-.
-       Oh, no, nada… bueno yo… -la chica se vio apurada de pronto, creía haber metido la pata-.
-       Tranquilízate cariño, no ha sido nada… apenas nos conocemos –Maca se puso en el papel de poli bueno-.
-       ¿Esperas que me lo crea? Estoy harta de que todas coqueteen contigo, mientras a mí me dejas escondida en casa sin dejarme acercar al pub… –Verónica se animó en aquella travesura. A Maca le costó no reírse viéndola de mujer celosa y enfadada. Verónica sin duda era todo lo opuesto-… Si me da la gana, podría liarme con cualquiera de aquí, ¿lo sabes?
-       Eh, que yo no he ligado con Maca… -la chica sin comerlo ni beberlo parecía haber provocado una disputa de pareja-.
-       Lo ves, es todo un mal entendido –entró al trapo Maca y guiñándole un ojo a la chica en signo de complicidad, desató la vena más perversa de Vero-.
-       ¿Qué ha sido eso? –Verónica le dio un empujoncito a Maca-.

Maca abrió los ojos como platos para intentar detener su risa.

-       ¿El qué cariño? ¡No ha sido nada! –siguió fingiendo Maca-.
-       He visto como le guiñabas un ojo. ¿Se lo haces a todas? –Verónica se iba a descojonar en cualquier momento, era divertido hacer de mujer despechada-. ¿Te crees que me chupo el dedo? ¿te crees que puedes engañarme con cualquier guarra?
-       Oye, yo creo que me voy… lo siento, eh –la chica empezó su retirada-.

Verónica y Maca la vieron perderse entre la multitud, y se sintieron un poco culpables por hacerle pasar por el mal trago, pero es que había sido tan divertido.

-       Que mira, que mira… -le avisó Maca-.

Verónica la abrazó ya descojonándose. Maca también la abrazó.

-       jajaja… pobrecilla, somos unas arpías. ¿Lo sabes, no? –le dijo Maca-.
-       Lo sé, pero no pude resistirme –le dijo Verónica apoyando su cabeza contra la de Maca-. Creo que hemos bebido demasiado, estoy desentrenada.
-       Ya lo veo –Maca la sujetó un rato mientras ella le daba otro trago a su copa y miraba a las que seguían bailando-.
-       ¿Nunca te entran ganas? –le preguntó al cabo de un rato Verónica-
-       ¿Ganas? ¿A qué te refieres? –Maca no entendió la pregunta-.
-       De acostarte con alguna de las que te revolotean. A mí no puedes mentirme, recuerdo bien como eres en la cama, y te juro que aún me sorprende tu reciente celibato –le dijo sin más Vero-.

Maca la miró, sabía a lo que se refería. Como bien había dicho Verónica una vez, ellas dos eran mujeres de acción, les gustaba demasiado el sexo y no eran de las que se conformaban fácilmente con periodos de simples caricias. Sabían disfrutar incansablemente de sesiones sudorosas, y juntas se habían embarcado más de una vez en juegos sexuales inquietantes. Mirando a su alrededor, con una buena dosis de alcohol en sangre, y teniendo a su lado a una de las amantes que más loca la había vuelto en la cama, Maca tenía que reconocer que a veces si lo echaba de menos.

-       Yo podría decir lo mismo de ti. Que yo sepa, no te veo muy dispuesta a cazar a nadie esta noche. ¿Cuál es tu escusa? –Maca se zafó de aquel callejón oscuro donde nunca volvería a meterse si podía evitarlo-.
-       jajajaja… aún no ha terminado la noche –se rió Verónica. Estaba claro que Maca no quería reconocer que era duro mantener su lívido a raya-.
-       Menos lobos caperucita, que empiezo a dudar de tus encantos –la retó Maca divertida-.

Verónica se señaló los ojos con dos dedos, y luego repitió el gesto hacia los ojos de Maca para darle a entender que no la perdiera de vista. En unos minutos Verónica se volvía a alejar hacia la pista y se camuflaba con la gente.

Continuará...

2 comentarios:

  1. ¿¿¿armario común Vero y Maca??? oye que yo no se eh? pero no me considero conservadora ni mojigata pero ejem que compartan armario? eso es intimo! ¿O que crees diría la novía de cualqueira si llega de viaje y ve que su pareja comparte armarío con una ex? o.O

    "Que Esther hubiera sido capaz de atravesar aquella muralla invisible que rodeaba a Maca no le sorprendía en absoluto, lo que la maravillaba era el efecto liberador que para Maca había supuesto reencontrarse a sí misma bajo sus ojos. Kate no tenía tan claro que Esther estuviera completa en ese sentido."

    Para mi esto fue too much, necesito explicación sobre esa última frase...

    Yo creo que estos juegos de hacerse pasar por pareja entre Vero y Maca les va a pasar cuenta...

    Pd. de la castidad inducida no digo nah :P

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    1. jajajaja... me encanta tu comentario, me he reído mucho con él. Gracias ;)

      En cuanto a lo del armario... mmm... Maca tiene un estudio comunicado, no hay habitaciones, ni paredes... solo el coqueto salón-entrada, la cocina, el baño que por suerte SI tiene puerta (jajaja), una cama de matrimonio y UN SOLO armario, gigante, pero uno solo. Así que no les queda más que compartirlo, y creo que a Esther le va a importar menos eso que el que compartan el único colchón que hay en su piso, así que... jajaja... vamos a ver que le parece el tema.

      Con lo que respecta a la frase de Kate, tendrás que esperar para descubrirlo a medida que progrese la historia, tú estate atenta ;-)

      Gracias por dejar tu opinión y comentario, es de agradecer recibir este feedback. Un saludo.

      PD: lo de la castidad inducida...mmm... complicado, complicado :P

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