martes, 5 de marzo de 2013

Dibujada en mi mente (TOMO 2) -cap 82-




“DIBUJADA EN MI MENTE" (TOMO 2)
(Fanfic escrito para el foro Maca y Esther –Hospital Central-, por Sageleah)

DESCRIPCIÓN:
Una estudiante de bellas artes con gran talento  y una inocencia casi mágica, se adentrará en la edad adulta hipnotizada por una estudiante de medicina mayor que ella y un abismo de vivencias que las separan. Juntas descubrirán los claros-oscuros que la pasión y el amor encierran, en un relato donde el crecimiento personal y la lucha por ser uno mismo, combate con el equilibrio de forjar una unión entre dos mujeres, sus anhelos y sus miedos.




82

Amsterdam

- ¡Madre mía! Son casi las 3.30h - anunció Alex mirando la pantalla del móvil-. Creo que deberíamos dejarlo por hoy, es tardísimo.
- ¿Las tres y media, ya? Tienes razón, es muy tarde -se sorprendió también Esther de que el tiempo entre ellas hubiera pasado tan rápido-.

Las dos empezaron a recoger los materiales en silencio. Ninguna quería romper el lazo invisible que se había tejido mientras trabajaban juntas, pero había llegado la hora de separarse.

- Bueno, entonces.... Hasta mañana -se despidió Esther de Alex mientras ambas se quedaban paradas cara a cara-

Alex sonrió amablemente.

- Claro, hasta mañana.

Esther y ella tuvieron un acercamiento torpe para darse un beso de buenas noches en la mejilla, y luego Esther salió del cuarto de Alex sin mirar atrás. "¿Qué coño ha sido eso?...", pensó Esther ya encerrada en su habitación. Los latidos desbocados de su corazón la mantubieron un buen rato despierta sin saber qué hacer.

Madrid 4.30 a.m

Verónica y Maca se tomaron su tiempo. El silencio en el taxi se prolongó en casa mientras se turnaban el baño para desmaquillarse y cambiarse. Cuando Verónica salió del aseo, se encontró a Maca sentada en el sofá esperándola. No quería afrontar aquella conversación, pero sabía que Maca se merecía una disculpa, una explicación, y tras un profundo suspiro se armó de valor.

- Siento lo de esta noche, ¿estás bien? -se disculpó torpemente Verónica, le dolía haberse aprovechado de su amistad-.
- Creo que eso debería preguntártelo yo a ti, ¿no crees? -le contestó Maca mirándola, a la espera-. ¿Qué coño ha pasado en la pista, Vero? Y no me digas que de repente te has enamorado de mí, porque nos conocemos.

Verónica se sentó a su lado, ¿cómo poner palabras a algo que ella misma quería negarse?

- No sé lo que ha pasado, yo… -a Verónica se le puso un nudo en la garganta. Sabía que debía ser franca con Maca, con ella misma, pero todo era tan complicado de repente-. Todo estaba tan bien, ¿sabes? –la miró a los ojos-. Llevo meses centrándome tan sólo en vivir un día tras otro, en hacer todo lo que me dicen y tú me has ayudado tanto con todo esto que, no puedo explicarlo.

Maca vio como algo paralizaba a su amiga, le cogió la mano para darle apoyo.

-       Si puedes, simplemente dilo, no te lo calles –la animó a seguir hablando Maca-.
-       Tengo miedo Maca, creí estar bien pero es como si la rueda se hubiera parado de repente y no sé si la puedo volver a poner en funcionamiento –los ojos de Verónica brillaron angustiados-.

Maca quiso decir algo pero no la entendía, Verónica se tomó un momento y luego prosiguió.

-       Esta mañana recibí un mensaje de Xris, ¿la recuerdas? –le preguntó Vero-.
-       Sí, ¿y?
-       Debió pensar que estaba en Sevilla, quería verme y me puso uno de sus típicos mensajes, nada del otro mundo. Mi respuesta corporal fue inmediata, y sólo sé que me asusté.
-       ¿te asustaste? ¿por qué? –Maca quería comprenderla, pero no sabía a dónde quería conducirla Verónica con aquello-.

Verónica se puso de pie, nerviosa.

-       Pues porque… porque… sentí deseo, ¿vale? Me he pasado el último mes vomitando por la radioterapia, después de estar cagada de miedo entre la operación y perder el pecho, y casi había olvidado lo que se siente. Todo estaba bien, pensaba que todo estaba bien, pero al recibir ese mensaje y ser consciente de lo que mi cuerpo me pedía he sentido auténtico pánico… no, no sé si puedo hacerlo, Maca… apenas puedo mirarme en el espejo, no quería reconocerlo… -unas lágrimas silenciosas empezaron a brotar de los ojos de Verónica-. Pensé que podría, pero cuando esa chica empezó a meterme mano en la pista de baile, saltaron todas mis alarmas… todo mi cuerpo se puso rígido y me aparté… -a aquellas alturas, el llanto de Verónica ya era imparable-… no quiero que me toquen, no puedo tocarme. No puedo.

Maca se puso de pie y corrió hasta ella para abrazarla. Verónica parecía tan feliz últimamente que ni se le pasó por la cabeza que pudiera desmoronarse de aquella forma. Los psicólogos ya la habían advertido antes de iniciar el proceso, pero después de salvar parte de su pecho, pensó que Verónica estaba fuera de peligro, por lo visto se había equivocado.

-       Todo va a ir bien, ¿vale? Es cuestión de tiempo, sólo eso. Buscaremos ayuda –la consoló Maca, y le alzó la cabeza en cuanto Verónica pareció recobrarse un poco-. Ey, estoy contigo, todo va a ir bien, te lo prometo. ¡No te agobies! ¡Podemos hacerlo!
Verónica se tranquilizó con sus palabras y asintió con fe.

-       Gracias, no sé qué haría sin ti. Siento muchísimo haberte besado, no sé qué diablos estaba haciendo, sólo quería que la angustia parara y... la cagué –volvió a disculparse Verónica con ella-. Eres importante para mí.
-       Me pillaste tan desprevenida y tan bebida, que me costó reaccionar ¿sabes? Para un beso que me dan y apenas me he enterado –quiso bromear Maca para quitarle hierro al asunto, entendía la desesperación que podía precipitar aquel tipo de actos, ella misma se había refugiado muchas veces en la banalidad de la entrega física por no enfrentarse a sí misma y sus temores-.
-       jaja… gracias por no enfadarte conmigo. Eres la única persona con la que puedo ser yo ahora mismo –Verónica agradecía que entre ellas siempre todo fuera tan fácil, sin dobleces, sin reproches, sin grandes dramas-, eres la única en quien confío.

Maca acarició sus hombros.

-       Todo irá bien. Tranquila –volvió a asegurarle, pues sentía que iba a tener que repetírselo muchas veces hasta que Verónica creyera firmemente en ello-.

Amsterdam. 2 días después. Sábado.

Aprovechando el fin de semana, Kate arrastró a Esther con ella hasta el centro comercial. Comieron juntas y luego decidieron ir de tiendas, no les quedaba mucho en aquella ciudad y tenían que aprovecharlo.

-       ¿Sigues con el proyecto de Alex para la exposición de Mayo? –se interesó Kate por su trabajo mientras iban mirando escaparates con un capuchino con caramelo en la mano-.
-       Sí, aún me queda bastante para perfilarlo, pero creo que presentaré su collage. Me apetece hacer algo más abstracto, aunque me está costando plasmarlo –le informó Esther-.
-       Por mí, genial. Siempre he pensado que debes soltarte un poco más, atreverte a hacer cosas, experimentar… si no lo haces ahora, luego te costará, con la edad todo se vuelve más rígido, todo da más miedo.
-       ¿Crees que estoy siendo conservadora? ¿qué me estoy estancando? –temió Esther estar tocando techo-.
-       No, por supuesto que no. Sólo digo que a veces pareces comprimida, tú misma te vetas sensaciones, sentimientos, que deberías dejar salir y exprimir hasta su última gota –le dijo Kate-.

Esther se detuvo.

-       ¿Seguimos hablando de pintura, no? –Esther ya no las tenía todas consigo, sus sentimientos cruzados con Alex se le vinieron a la cabeza-.

Kate se detuvo frente a ella.

-       Claro que me refiero a tu pintura –Kate le sonrió, Esther era tan joven-. Aunque por lo que veo tu cabeza y tu corazón están en otro lado.
-       ¿Qué… qué quieres decir? –Esther se alteró en un segundo-.
-       Sé que amas a Maca, es tu primer gran amor, y es muy evidente, pero también veo como empiezas a tener sentimientos por Alex, lo cual no tiene que ser de por sí un problema mientras tengas claras tus prioridades. Pero te asusta, por alguna razón, te asusta dejar salir esas sensaciones, cuando deberías explotarlas en tu arte. Que sientas cosas por Alex no tiene que significar una traición necesariamente a Maca, ¿sabes? Tienes 20 años, que sientas cosas es lo más normal del mundo, no deberías temer sentirlas, somos seres humanos, no bestias pardas... jajaja… bueno algunas sí –bromeó Kate en aquel punto porque veía a Esther bastante desconcertada-. Nuestras emociones no tienen por qué controlar todas nuestras elecciones. ¿Por qué crees que cuando eliges a Maca de modelo todos tus cuadros resultan tremendamente apasionados?
-       No lo sé, supongo que por eso mismo, porque la amo –le contestó Esther-.
-       ¿en serio? –la hizo dudar Kate-. ¿Pues sabes lo que pienso yo?
-       No, ¿qué piensas? –de veras que Esther quería saber su opinión-.
-       Yo creo que eres capaz de convertir cualquier cosa que pintes en algo excepcional, pero que sólo cuando pintas a Maca te dejas llevar totalmente. Vas a otro nivel, te vuelve tan loca, te dejas arrastrar tanto por lo que sientes por ella, que sin darte cuenta te superas. Tu obsesión es una forma de canalizar tu pasión, y deberías trabajar en ello para dominar lo que te apasiona no para que ella te domine a ti, así podrías traspolarla a toda tu obra, sea cual sea el modelo a elegir –le explicó su punto de vista Kate y luego le puso una mano en el pecho-. El arte nace de las emociones, si empiezas a bloquearlas sólo porque te asustan, sean buenas o malas, siempre crearás a medias. Nunca podrás ver quien realmente eres, quien puedes llegar a ser como artista. ¿Lo entiendes?
-       Creo… creo que sí –le contestó Esther bastante aturdida, había demasiado que asimilar en sus palabras-.

Kate se dio cuenta en seguida de que a Esther le costaría asentar aquella conversación, le pasó un brazo por los hombros y la apretó contra su cuerpo cálido, luego le dio un beso cariñoso en la cabeza.

-       A veces siento que te estoy achuchando demasiado –le comentó Kate con cariño-. No me hagas mucho caso, todo llegará. Simplemente no dejes de ser tú, ¿vale?
-       jajaja… vale –le contestó Esther más tranquila-.
-       Eso es –sonrió Kate al verla despreocupada a su lado-, y ahora, entremos, me encantan esos vaqueros.

Continuará...

1 comentario:

  1. Siento un toque de filosofía en este capi, eh? Pero nada más cierto esto que plantea Kate, evitar los senitmientos con 20 años es un crimen de lesa humanidad...explorar, probar, te llevaran a saber que te gusta que no, todo por ti misma

    Estas siendo muy buena ¿Me tengo que asustar? :P

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