“DIBUJADA EN MI MENTE" (TOMO 2)
(Fanfic escrito para el foro Maca y Esther –Hospital Central-, por Sageleah)
DESCRIPCIÓN:
Una estudiante de bellas artes con gran talento y una inocencia casi mágica, se adentrará en la edad adulta hipnotizada por una estudiante de medicina mayor que ella y un abismo de vivencias que las separan. Juntas descubrirán los claros-oscuros que la pasión y el amor encierran, en un relato donde el crecimiento personal y la lucha por ser uno mismo, combate con el equilibrio de forjar una unión entre dos mujeres, sus anhelos y sus miedos.
83
Amsterdam
Terminadas las
tutorías fuera de horario lectivo, Alex empezó a recoger para marcharse.
Satisfecha por el interés que estaban mostrando algunos de sus alumnos hacia
aquella especie de concurso improvisado, no le importó perder horas extras en
resolver sus dudas y en ayudarles a materializar sus ideas. Comprobó que el
aula estaba en orden y apagó las luces. Los pasillos largos y silenciosos a
aquellas horas de la tarde siempre la sorprendían, era tan diferente al
bullicio a cualquier hora de España. Dejó algunos apuntes en su casillero del
claustro de profesores, y se despidió de los pocos compañeros que aún quedaban
trabajando. De camino a la salida, vio que en una de las aulas de libre acceso
aún había luz y sintió curiosidad por saber quién permanecía activo a aquellas
horas. En cuanto miró por la ventana redonda de la puerta y vio a Esther, se le
dibujó una sonrisa inmensa en la cara. ¿Quién más podía perder la noción del
tiempo como ella? ¡Nunca paraba!
-
Eres la única alumna que sigue activa en la
planta, ¿lo sabes? –la interrumpió Alex dándole un susto de muerte-… jajaja….
perdona –no pudo evitar reírse al verla dar un salto del taburete-.
-
Joder, Alex… casi me da un ataque –se quejó
Esther recomponiéndose-.
Alex se acercó a
mirar lo que hacía, y al hacerlo su corazón fue acelerándose, pues Esther
seguía trabajando en los bocetos sobre ella.
-
¿Aún sigues con ello? –le preguntó asombrada y a
la vez cohibida-.
-
Sí, no acaba de convencerme –le dijo sin más
Esther, empezaba a sentirse frustrada porque no podía plasmar lo que quería-.
¡Esto es un completo desastre!
Anunció Esther y
soltó los pinceles de mala gana. Alex la miró aturdida, para ella era asombroso
lo que estaba viendo, ni en sueños sería capaz de imaginar que alguien la
reflejara de aquella forma.
-
¿Lo dices en serio? ¡A mí me parece
impresionante! –le señaló Alex-.
-
¡Pues no lo es! –la insatisfacción de Esther
rugió en el aula.
Esther empezaba
a entender lo que había querido decirle Kate con estar bloqueando sus emociones
y con ello su capacidad de transmisión, y cuanto más cuenta se daba de ello,
más atada y enfadada se sentía. Miró a Alex, y se dio cuenta de que había
gritado pagando su cansancio y su frustración artística con ella.
-
Perdona, es que… no me está saliendo cómo debería.
Alex vio como
Esther volvía a sus pinceles, esta vez para recogerlos y limpiarlos. Claramente
se estaba dando por vencida, y el abatimiento se reflejó en su rostro y en sus
ojos. Un nudo se instauró en el pecho de Alex, no le gustaba ver a Esther así,
haría cualquier cosa por levantar su ánimo, por ver el brillo ilusionado en sus
ojos de nuevo. Sabía cómo se sentía Esther, esa impotencia y tristeza ante la
incapacidad de dar forma a algo tan claro en tu cabeza, le había pasado tantas
veces y sin embargo, siempre que ocurría, era difícil no caer en sus garras
aunque en el fondo sólo fuera cuestión de tiempo.
La joven dejó
sus cosas en una silla y se quitó el abrigo decidida. Esther se volvió hacia
ella al oír el ruido que producían sus movimientos.
-
¿Qué haces? –le preguntó curiosa-.
Alex se
arromangó las mangas de su jersey en un acto muy suyo de ponerse manos a la
obra, y cogió un taburete que situó en medio de la sala, frente al caballete de
Esther.
-
¿Aquí está bien? –preguntó Alex con una sonrisa-.
-
¿Bien para qué? –quiso saber Esther-.
-
Voy a posar para ti, ¿estás bloqueada no? –Alex
se sentó en el taburete con naturalidad, estaba nerviosa pero aquello era parte
de todo artista, y estaba dispuesta a echarle una mano-. Te ofrezco el
original, es decir, a mí –sonrió Alex algo inquieta-. Quizá te resulte más
fácil terminar tu obra así. ¿Qué, cómo me pongo?
Esther se quedó
mirándola desconcertada. Vio la sonrisa de Alex, que pretendía ser tranquila y
en cambio ella sabía que era nerviosa por prestarse a sus ojos. La calidez y
gratitud se transmitieron en su mirada cuando sonrió para serenar a Alex.
-
¿En serio quieres hacer esto? –le preguntó
Esther, no tenía ningún derecho a someter a Alex a su escrutinio-.
Alex se encogió
de hombros.
-
¿Se te ocurre algo mejor para que termines a
tiempo este trabajo? Si puedo ayudarte, lo haré. Tú también lo harías por mí,
¿no?
-
Sí, por supuesto que sí –le aseguró Esther con
una sonrisa-. Está bien, hagámoslo, quizá funcione.
-
Ok. ¿Cómo me pongo? ¿estoy bien así? –Alex se
removió un poco en el taburete, claramente estaba fuera de lugar, lo suyo era
el otro lado y no se sentía muy cómoda con ser contemplada, así que aun
convencida de prestarse a aquel ejercicio, no dejaba de estar nerviosa-.
-
Espera…
Esther se acercó
a ella, y la colocó un poco más cerca para que la luz no hiciera sombras en su
rostro, tomó su cara entre las manos y condujo su cabeza y su mentón más bajos,
permitiendo que Alex no tuviera que mirarla de frente para no sentirse tan
violenta.
-
Mira allí, a aquel punto fijo –le indicó Esther
notando que a Alex se le había cortado la respiración cuando la había
acariciado. Se lamentó de tener tanto poder sobre ella y procuró no tocarla de
nuevo-. Perfecto, trataré de hacerlo lo más rápido que pueda. ¿Lista?
-
¡Lista! –le contestó Alex cerrando un momento
los ojos, y tomando aire, más tranquila-.
-
Perfecto –respondió Esther y volvió tras su
caballete-.
Contemplando su
rostro a aquella prudencial distancia, Esther poco a poco se fue olvidando de
todo lo que envolvía a su relación con Alex, y fue profundizando lentamente en
sus encantadores detalles.
---
Madrid.
-
Maca, cuando termines con el informe sube a mi
despacho, tengo que hablar contigo de una cosa –le anunció Cruz
interrumpiéndola frente al ordenador-.
-
Eh, sí… vale –le contestó Maca apresuradamente,
pues Cruz desapareció de su vista tan rápido como había llegado-.
Miró a la
pantalla, y le costó volver a centrarse en el historial que tenía delante. Se
pasó las manos por los ojos cansados por la guardia de 48 horas que llevaba ya
cumplida, y respiró hondo para terminar lo que estaba haciendo. Al cabo de
media hora, ya había terminado con su último cometido y subía al despacho de Cruz
cambiada y con la mochila a cuestas para luego irse a casa.
-
Adelante –la voz de Cruz sonó al otro lado de la
puerta tras tocar para pedir permiso-.
-
Ya estoy aquí Cruz –se anunció Maca-.
-
Pasa, pasa… siéntate –le pidió Cruz que empezó a
dejar a un lado lo que estaba haciendo-. ¿Cómo estás? ¿Qué tal los últimos
exámenes?
-
Bien, creo que bien, hasta el viernes no me
darán la última nota, pero de momento todo aprobado. Gracias por preguntar.
-
Me alegro, no esperaba menos de ti. Bueno, tengo
algo para ti, ha llegado al medio día pero como estabas en urgencias he pensado
que era mejor esperar a que acabaras tu turno –Cruz le tendió un sobre din A4 a
Maca, estaba cerrado y venía del comité de la Beca-.
Maca se quedó
parada en la silla, lo cogió con sus manos temerosas y una tempestad de
contradicciones se agolparon en su cabeza. El miedo tanto al rechazo como a la
aprobación de aquella Beca cortó su cuerpo como una mala digestión.
-
¿Te encuentras bien? –le preguntó Cruz
preocupada tras ver lo blanca que se ponía Maca de repente-.
-
No, no mucho –Maca se había mareado-.
Cruz salió de
detrás del escritorio y se sentó a su lado cogiéndole la muñeca con sus manos y
tomándole el pulso.
-
A ver, reclínate tranquila y respira. Debes
estar agotada, no se por qué nunca hago caso a Encarna, tienes una suegra que
es una guardiana nata, siempre me regaña por explotarte en exceso –le hizo
saber Cruz para tranquilizarla, y la verdad es que Maca no pudo evitar reír
ante la imagen de la jefa de enfermeras riñendo a la directora general. Encarna
era capaz de cantarle las cuarenta a cualquiera-. ¿Mejor?
-
Sí, mejor –le hizo saber Maca ya más tranquila.
De todas formas Cruz insistió en que tomara un poco de agua y luego le dio un caramelo con azúcar-.
Gracias.
-
¿Estás nerviosa? –le preguntó Cruz con una
sonrisa viendo que no se decidía a abrir el sobre que estaba mareando en sus
manos-.
-
Bastante nerviosa –confesó Maca-.
-
Está bien, tómate tu tiempo. Sea cual sea el
veredicto, tu futuro va a ser muy prometedor en la pediatría, estoy
completamente convencida de ello –le aseguró Cruz tomándola de la barbilla para
que se miraran, en sus ojos había una fe ciega en su potencial y su sonrisa dio
sosiego a Maca-.
-
Gracias Cruz, nunca podré agradecerte el que te
hayas volcado tanto en mi carrera y mis sueños –a Maca se le hizo un nudo en la
garganta, tenía ganas de llorar-.
Cruz la abrazó
tiernamente, y tras unos minutos de desahogo, le apretó el hombro con
confianza.
-
¿Qué, lo abrimos? –le instó Cruz viéndola más
serena. Ella también se moría de curiosidad por saber si Maca lo había
conseguido-.
Maca asintió con
la cabeza, cogió aire y desgarró el sobre. De él sacó un dosier bastante gordo
y una hoja de papel que lo presidía. Los ojos de Maca se desplazaron raudos por
las líneas, al igual que los de Cruz que a su lado no pudo más que buscar cual
lince la respuesta a la beca. Casi a la vez, ambas dieron con el resultado,
Cruz pegó un grito de alegría y la abrazó dándole la enhorabuena. Maca había
conseguido una de las becas y el dosier era claramente la información que
necesitaría para los cambios que se avecinaban. La futura pediatra se quedó sin
habla, los comentarios alegres de Cruz quedaron mitigados, como ensordecidos.
Una alegría especial por el reconocimiento a sus esfuerzos se instauró en su
pecho dejando salir una sonrisa incrédula en su rostro, sin embargo el
pensamiento de Esther hizo que el miedo y las dudas también acudieran a su
cuerpo que tembló sin esfuerzo.
Continuará...
Cada vez mas complicado el asunto!! Y cada vez mas enganchada ;)
ResponderEliminarSaluditos!