domingo, 17 de marzo de 2013

Dibujada en mi mente (TOMO 2) -cap 84-





“DIBUJADA EN MI MENTE" (TOMO 2)
(Fanfic escrito para el foro Maca y Esther –Hospital Central-, por Sageleah)

DESCRIPCIÓN:
Una estudiante de bellas artes con gran talento  y una inocencia casi mágica, se adentrará en la edad adulta hipnotizada por una estudiante de medicina mayor que ella y un abismo de vivencias que las separan. Juntas descubrirán los claros-oscuros que la pasión y el amor encierran, en un relato donde el crecimiento personal y la lucha por ser uno mismo, combate con el equilibrio de forjar una unión entre dos mujeres, sus anhelos y sus miedos.


84

Amsterdam.

Los días pasaron, y Alex tuvo que hacer un par de veces más de modelo para Esther. Pese a lo duro que era someterse a sus inquietantes ojos, recibió la noticia del fin del trabajo de Esther con tristeza. Por fin había podido terminar el collage que enviaría a la exposición de Mayo, y a su amiga se le veía feliz y relajada.

-       ¿cómo vas? –le preguntó Esther asaltándola en su habitación-.
-       Eh? –Alex estaba en las nubes y tardó en ser consciente de su presencia-. Bien, bien… creo que lo tengo todo bajo control.
-       Estoy como loca de que des ya el premio, y ver cómo se las apaña Kate haciendo de modelo –Esther sonreía ante la idea-. Alucino todavía con que se prestara a hacerlo.
-       Ya… jajaja… yo también, para que te voy a engañar. Aunque estoy algo nerviosa con el tema, para mí su opinión es importante y es toda una responsabilidad crear algo sobre ella –manifestó sus temores Alex-.
-       ¿más nerviosa que haciendo tú de modelo? –Esther se permitió bromear con ella-.

Alex arrugó la nariz y Esther no pudo por más que reírse de su gesto. Alex se sonrojó bajo su atenta mirada, y Esther pensó que Alex tenía el rostro más infantil y hermoso que había visto en su vida.

-       Vas a crear algo increíble estoy segura –la socorrió Esther-. Kate tiene fe ciega en ti, y yo también.
-       ¡Ya!, pues eso no ayuda… me pone demasiada presión encima –confesó Alex poniéndose de pie-.
-       Sé a lo que te refieres, pero seguro que se te olvida una vez estés trabajando sobre ello. ¿Has pensado ya qué tipo de posado quieres hacer? –le preguntó Esther acercándose a Alex, la cual estaba guardando material y recogiendo cosas de en medio-.
-       Ohhh sí…. ¿quieres verlo? –le dijo Alex con una sonrisa pícara en la cara-.

Aquel gesto de gran promesa hizo que a Esther se le abrieran los ojos con sorpresa y se sumara a su travesura.

-       Siiiiii… ¿puedo? –dijo ilusionada-.
-       Espera, vas a flipar –le aseguró Alex haciéndose la malvada-.

La joven escultora pilló un libro de su estantería y lo abrió por la página que quería, Esther se acercó a ver lo que le enseñaba y cuando vio a la modelo sus ojos salieron desorbitados. Atónita miró a Alex.

-       ¿lo dices en serio? ¿no crees que es un poco….? –Esther tenía cara de asombro pero también de susto-.

Alex se rió a mandíbula abierta y Esther empezó a sospechar que su amiga se estaba burlando de ella.

-       Ja-ja-ja… muy graciosa –la pilló Esther al vuelo-.
-       Si vieras la cara que has puesto –Alex no podía parar de reírse-.
-       Veas, como para no ponerla imaginando que le ibas a pedir un desnudo integral y encima tan explícito a Kate… es que yo me muero, directamente. Pero ella, es que nos mata fijo –a aquellas alturas Esther también se reía-.
-       Jajaja… a saber, igual nos hubiera dicho que adelante y nos hubiera rematado allí mismo –continuó con sus especulaciones Alex-.
-       ¡Chicas! ¡Ya estoy en casa! –gritó Kate desde la puerta de la entrada-.


Las dos se quedaron paradas del sobresalto y luego volvieron a reírse a carcajadas. Kate asomó la cabeza por el cuarto de Alex, y las miró interrogante.

-       ¿Qué es lo que os hace tanta gracia? ¿ha pasado algo? –preguntó Kate risueña, contagiada por sus risas-.
-       ¿por qué no se lo dices, eh Alex? –la retó Esther-.

Y la cara de palo que se le puso a Alex, hizo que estallara en una carcajada que casi la atraganta. Kate empezó a sospechar que sus risas tenían algo que ver con ella.

-       ¿Tiene que ver conmigo? ¿estoy en el ajo? –preguntó Kate ávida de saberlo-.

Alex se atrevió a informarla.

-       Sí, bueno no… digo sí, bah era una tontería. Estábamos hablando de lo del posado para los premiados y Esther me preguntó si ya tenía más o menos claro cómo quería hacerlo, así que le quise gastar una broma y le enseñé una foto de mentira con lo que se suponía tenía en mente… pero era sólo para quedarme con ella, nada más –le contestó Alex-.

Kate que era una cachonda mental, se divirtió pensando en lo que aquellas dos hablaban a sus espaldas. Elevó una ceja seductora y se acercó hasta la cama de Alex para sentarse bajo sus atentas miradas. Luego extendió una mano al frente. Alex la miró sin comprender.

-       Quiero verla, enséñame la foto del supuesto posado –le espetó Kate-.
-       Pero… no, no era en serio, era sólo una broma… no creo que… -Alex ahora sí que estaba nerviosa, y Esther no pudo evitar descojonarse de nuevo-.
-       Venga, no seas cría… jajaja… ¿o es que dudas de mi sentido del humor? –le preguntó Kate, y Alex pese a sus dudas, le pasó finalmente el libro con la foto-.

Kate la miró sin decir nada. Las dos muchachas se quedaron calladas frente a la espera de su comentario.

-       Mmmm… interesante –dijo sin más Kate, dejando a las dos en ascuas-.

Tras unos segundos de silencio y viendo que Kate no iba a aportar nada más, Esther no pudo evitar preguntar.

-       ¿qué encuentras interesante? –su curiosidad despierta hizo que Kate cerrara el libro, se lo devolviera a Alex y se levantara de la cama para salir de aquella habitación-.

Kate las miró con una sonrisa burlona en sus ojos.

-       Es agradable saber que hay algo de verdadero atrevimiento y morbosidad en vosotras, porque la verdad, a veces pienso que para tener veinte y veinticinco años, no tenéis sangre en las venas. ¡Es una pena! –les espetó Kate con naturalidad desde el marco de la puerta y cuando ya creían que se marcharía, su mentora chasqueó la lengua y volvió a mirarlas-. Lo que de verdad me pregunto es si soportaríais ver un posado así frente a vosotras…  tengo la sensación de que os temblarían hasta las pestañas, me intriga… en serio… me intriga.

Y sin más Kate se largó tal como había venido, y Alex y Esther se miraron sin tener muy claro que había pasado exactamente allí, ni qué había querido insinuar Kate con tanta intriga.
---

Madrid.

Encarna vio a Maca sentada sola en el comedor, y se aventuró a sentarse con ella.

-       ¿Puedo sentarme contigo? –le preguntó y la joven la miró sorprendida, pero reaccionando en el acto-.
-       Sí, sí… claro que sí –le contestó Maca quitando unos libros de encima de la mesa y haciéndole sitio a su suegra-.
-       Gracias cariño, ¿cómo estás? Últimamente no coincidimos en quirófano –le preguntó Encarna interesándose por ella-.
-       La verdad es que no, pero estoy bien, bien… los exámenes han ido bien y Cruz me ha liberado un poco de trabajo extra, así que creo que la soga se está aflojando –bromeó Maca con una sonrisa-.

Encarna se alegró de tan buenas noticias, y probó un poco de su comida. Sin embargo no le pasó desapercibido que Maca apenas tocaba la suya, se le veía inquieta.

-       ¿Y qué tal Esther y tú? ¿todo bien? –quiso saber Encarna, la verdad es que cuando hablaba con su hija, siempre quería preguntarle, pero ya se sabe… la intimidad de los noviazgos no era cosa que se le quisiera contar a una madre, así que a Encarna le tocaba quedarse en su sitio a la espera de que todo fuera bien entre ellas-.
-       Sí…. –por el rostro de Maca apareció la duda y miró a Encarna a los ojos-… bueno, espero que sí. ¿Por qué? ¿te ha dicho algo?

Encarna se rió tras ver su cara de miedo escénico.

-       ¿A parte de preguntarme si estás bien y de que cómo te veo? Y de que se le escape algún… “que ganas tengo de ir para allí mamá” y “Maca es tan guapa”, pues no… no me ha dicho nada que tú no sepas.

A Maca se le encendieron las mejillas tras aquellos comentarios, y Encarna no pudo más que sonreír y darle una tregua.

-       La echo mucho de menos, Encarna. Lo de semana santa ha sido una auténtica putada, con perdón –le dijo Maca con sinceridad-.
-       Y sin perdón cariño. ¿Me lo dices o me lo cuentas? Creí que disfrutaríamos de ella unos diez días y de un plumazo planes al suelo. He mirado a ver como lo hago para pillar vacaciones e ir a verla, pero tampoco quiero gastarlas todas viajando, porque si es cómo nos cuenta, volverá antes. ¿El 25 de junio ha dicho? –comentó con ella Encarna-.
-       Sí, el 25… -Maca no pudo tragar bocado, sólo de pensar que aún no le había podido contar nada, ni de Verónica ni mucho menos lo de la beca …. “Dios, que puto desastre. Cómo luego no me entienda, me muero”, pensó Maca y sin darse cuenta dejó de escuchar a su suegra-.
-       Maca…
-       Eh? ¿sí?
-       ¿Te decía que si tú tienes pensado ir a verla? Lo digo por coordinarnos un poco y no elegir las mismas fechas, así le hacemos la estancia más llevadera, y no se le harán tan largos los meses que faltan. Últimamente la veía agobiada, aunque ahora parece que vuelve a estar contenta. No sé, me hubiera gustado ver Amsterdam con ella, pero creo que me esperaré a Mayo y así veré Londres… lo que está claro es que no aguanto sin ver a mi hija hasta finales de junio, ¿y tú? –quiso saber Encarna, que en su cabeza no dejaba de planificar el momento de volver a ver a su hija-.
-       No, yo tampoco aguanto más sin verla… de hecho, creo que te voy a dejar Encarna, voy a ver si pillo a Cruz y hablo con ella de cuadrantes. En cuanto sepa algo te digo para que no nos chafemos las sorpresas, ¿vale? –le anunció Maca, a la que de pronto se le encendió una bombilla y unas prisas locas por concertar una fecha para ir a ver a Esther-.
-       Claro, claro… vale, ya nos vamos diciendo –le dijo Encarna que la vio salir disparada del comedor-. Esta niña, de verdad… cada día más flaca, Dios… cuánto nervio.


-       Cruz, Cruz…. –Maca por fin divisó a la jefa por uno de los pasillos-. Por fin te encuentro.
-       No sabía que me estabas buscando, dime… ¿cómo van los preparativos? –le preguntó por lo bajo Cruz, pues aunque no entendía muy bien porqué Maca le había pedido que le guardara el secreto sobre la beca, ella lo respetaba y llevaba a rajatabla pues no era asunto suyo-.
-       Uf, mejor ni hablemos del tema, es todo tan…. GRANDE –expresó Maca, que estaba súper excitada después de haber tenido su primera reunión con el equipo seleccionado, pero también tremendamente agobiada por lo rápido que estaba sucediendo todo-.
-       Jajaja… tranquila, me hago cargo. De todas formas, aún te quedan cuatro meses, hay tiempo de sobra. Lo importante ahora es centrarse en terminar el curso –la animó Cruz poniéndole los pies sobre la tierra-.
-       Sí, de eso te quería hablar… verás, necesito que hablemos de cuadrantes, quiero ir a visitar a Esther ahora en mayo, antes de que empiecen los exámenes de junio y si pudiera juntar un fin de semana y un par de días, viernes y lunes por ejemplo, me harías un gran favor. Tengo que hablar con ella sobre la beca, y no puedo hacerlo por teléfono, es una decisión muy importante y dada nuestra situación en la distancia no creo que pudiera hacérselo comprender si no la tengo delante para hablarlo –le expresó atropelladamente Maca. La conversación con Encarna le había hecho entrar en pánico al darse cuenta finalmente de que había pasado mucho tiempo y demasiado rápido, y de cuánto tenían que hablar y le estaba obviando a su chica por no preocuparla, por no interferir en su educación y aquella experiencia en el extranjero. Estuviera preparada o no, tenía que solventar aquel punto antes de tomar una decisión definitiva sobre si aceptar o no la beca-.
-       Sí, claro… lo que necesites, lo entiendo. Vale, pues… pásate luego, ¿a las ocho?
-       Cuando tú me digas
-       Vale, pues a las ocho y lo vemos en mi despacho –le dijo Cruz-.

Maca respiró como si de pronto se le quitara un enorme peso de encima. Cruz se le quedó mirando, en los ojos de Maca había miedo, dudas y algo que no podía definir.

-       Maca… ¿no estarás pensando en renunciar a la beca por Esther, no? –como si se lo hubieran susurrado, Cruz tuvo que preguntárselo viendo el agobio que la pediatra llevaba encima-.

Maca la miró con los ojos brillantes, y sin saber muy bien que decir.

-       ¡Dios mío! ¡No, no me lo digas! –Cruz ahogó un grito, la cogió del brazo y se la llevó apartándose del pasillo-. Vamos a ver, Maca… ésta oportunidad sólo se presenta una vez en la vida, eres joven, pero madura para darte cuenta de ello, y yo sé que nadie ha luchado tanto por algo así como tú. En mis años de profesión, jamás vi alguien tan predestinado a la pediatría ni con tanto talento y entrega como la tuya… no puedo ni imaginar que se te pase por la cabeza renunciar a algo así por amor, porque créeme cuando te digo que si lo haces, estarás dinamitando esa relación de cara al futuro. Negarte esto, sería negar lo que eres. ¡Lo sabes! –le dijo Cruz, a la que se le habían puesto los pelos de punta sólo de pensar en que Maca echara su carrera por la borda de aquel modo-.
-       Lo sé Cruz, ¿crees que de no saberlo me sentiría como me siento? Casi no como, no duermo… -Maca iba a llorar, nunca se había sentido tan débil ni tan vulnerable como aquel año, y odiaba sentirse tan expuesta. La coraza que le había resquebrajado Esther con su amor, la había hecho respirar más libremente, pero también la dejaba desprotegida y aquello  no era tan fácil de asimilar para ella-.
-       Vale, vale… lo comprendo, está bien. Tenéis que hablarlo, está claro. No te preocupes. Vente a las ocho, me encargaré de dejarte unos días libres para que hagas ese viaje y asientes las cosas, está claro que lo necesitas –Cruz la besó en la cabeza. Tenía la sensación de que Maca no soportaría más presión por el momento, luego la soltó para que no las vieran y pudieran hacer preguntas-. No te preocupes, yo me encargo.
-       Gracias Cruz, de veras que lo necesito sino no te lo pediría –le agradeció Maca que hiciera aquello por ella-.
-       Lo sé, cariño… lo sé –le aseguró Cruz, dándole un último apretón en el hombro de refuerzo-. A las ocho… estate tranquila.
-       Vale.

Continuará...

5 comentarios:

  1. Esto parece que va tomando forma; Esther ya no entra en pánico cuando está cerca de Alex y Maca parece que ha comido algo de fruta que está reaccionando si no es normal dejar pasar tantos meses y qué clase de relación es esa que no hay comunicación???

    Igual me anticip diciendo que Esther demostrará cuanto en verdad quiere y está dispuesta a una relación con Maca, cuando sepa lo de la beca, porque se pasaría de egoista si le pusiera condiciones o peros; ella no los ha tenido. Lo mismo por el convivir junto a Alex ¿Montará en colera cuando Maca le cuente de que ha estado viviendo con Vero? Igual hay una diferencia y es que Maca sabe de Alex y Esther no sabe de Vero...

    Pd. la frase "Kate que era una cachonda mental" me ha recordado a un par de personas ;)

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    1. Jajaja... sí, definitivamente Maca debe haber tomado "algo de fruta", y las vitaminas le han sacado de ese bucle nocivo de trabajo que le está pasando factura.

      Para lo que Esther haga cuando sepa las noticias que le guarda Maca, tendremos que esperar. Lo que si está claro es que las reacciones se avecinan.

      PD: no tengo ni idea de a quién te habrá recordado la frase "Kate que era una cachonda mental" :P

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  2. El problema es que Esther probablemente se entere de lo del beso a Vero antes de lo de la beca y eso si que va a marcar la diferencia...

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    1. No le des ideas que Sage las coje al vuelo xD

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    2. No, si a mí muchas ideas no hay que darme... si perversa soy de todas formas según las malas lenguas.

      Ya te pillaré yo a ti, ya ;)

      Gracias chicas por comentar!

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