martes, 24 de junio de 2014

Pretty Bollo -cap 65 y 66-


Macarena Wilson lo tiene todo. Futura heredera de una de las bodegas más prestigiosas del país, joven, inteligente, rica y atractiva, ve como la vida pasa por su lado sin poder disfrutar plenamente de ella. Una vivencia en su pasado,  maniata su capacidad de entregarse física y mentalmente a otras mujeres, cuando en medio de su controlado mundo de supervivencia, Esther García, una inusual y carismática mujer,  se cruzará en su camino de la forma más inverosímil, abriéndole una puerta que Maca no creía necesitar.

Juntas entablarán una relación comercial que las arrastrará sin esperárselo a profundizar en sus miedos y verdades. Algo que parecía fácil y seguro, se convertirá en el huracán que arrasará por completo sus cómodas vidas.


65


Maca se quedó paralizada, no sabía exactamente a dónde querían ir a parar aquellas palabras, pero de pronto notó el pulgar de Esther acariciar sus labios y una nueva ola de calor empezó a nacer entre las brumas. “¿Va a besarme?” se preguntó Maca aturdida… y notó como Esther se aproximaba inconscientemente. El pulso volvió a golpear en la yugular de Maca, sus ojos empezaron a pesarle por el esfuerzo… entonces una voz las sacó de aquel trance en el que se encontraban.

- ¿Quée ezzztaisss hazziendooo??... –les preguntó Eva metiendo su cabeza entre la s dos-… Laura y… y… -Eva no se acordaba del nombre-… y la zorraaa ze han empezado a comerrr los mooorroosss… ¡¡Que azzzzzzquitooo!! ¡¡puaaagggg… puaggg! –empezó a escupir Eva al suelo y sin querer salpicó a Esther en la cara-.

- Evaaaaaaaaaaaa… coñooooo, no me escupasss –gritó Esther con hastío mientras se limpiaba la cara con la mano-.

Maca no pudo evitar reírse, aquella interrupción la había salvado de perderse para siempre, y Eva estaba de lo más graciosa escupiendo para todas partes.

- puaajjjj … puajjjj –seguía escupiendo Eva-.
- Joder.. . ¡Para, cochina! -la regañó Esther y la cogió del brazo-. Estás como una cuba, ¿no habrás bebido nada más, no?

Eva empezó a reírse tontamente.

- Me invitaron a tropicoco -dijo Eva finalmente-.
- ¿Quién? –se escandalizó Esther, pues el tropicoco era un tipo de chupito parecido al pipiolo que le había dado a Maca-.
- Una rubia que me encontreee en la barra… -le dijo Eva-.
- ¿Pero no te estaba vigilando Laura? – puso el grito en el cielo Esther desesperada por aquella inoportuna interrupción-.
- ¡Queee eztaaa con la cachooo putaaaa esaaa…. Muak.. muakkkk…mmmm… puajjj! -Eva imitaba los morritos que seguramente se estaban poniendo Laura e Irene y empezó a contonearse y abrazarse a sí misma como si se estuviera metiendo mano-.

Esther no pudo evitar ya reírse tras ver la cara de contención de Maca por no desternillarse de risa ante tal payasa y borrachera.

- Maca, ¿me ayudas? –le indicó Esther para que le echara una mano con Eva-.
- Claro, un placer –y cogió a Eva por el otro brazo imitándola-
- ¿Ondeee vamosss… bombonazzosss? –se dejó arrastrar Eva mientras las miraba primero a una y luego a la otra-.
- A casa… merluza, que te has cogido una tajada –le dijo Esther-. Maca siento no poderme quedar en casa esta noche, pero con ésta así, no puedo dejarla sola.
- ¿Por qué no nos la llevamos a mi piso?, así puedo echaros una mano. Tú duermes con ella en la cama y yo en el sofá  –le dijo Maca de pronto haciendo que Esther se parara en seco por su ofrecimiento-.
- ¡Es un marrón Maca! Nosotras estaremos bien, además no quiero que duermas en el sofá –le dijo Esther. Eva simplemente iba de una a otra como en un partido de tenis-.

Maca se olvidó de que Eva estaba allí y habló con sinceridad.

- Esther, prefiero saber que estás en casa aunque no duermas conmigo, me tranquiliza, por favor quédate en casa –le pidió Maca y Esther tiritó por aquella necesidad cristalina que otra vez la golpeaba dejándola tonta-.
- Yo me quedo... y te echo un polvo ziii quieressss, tia guenaaa –le soltó de pronto Eva-.

Esther y Maca la miraron, y se echaron a reír al unísono.

- Anda… tiraaaaa…. Tiraaaa, que me tienes contenta –le dijo Esther y las tres enfilaron hacia el palco para recoger las cosas-.

Al llegar…

- ¿Pero dónde coño estabas? Me he girado un momento y no te he visto, casi me da un ataque –apareció poniendo el grito en el cielo Laura-.
- ¡Tranquiii moranquiii.. que eztoy aquí! ¿Qué pasa guapa? –le dijo Eva colgándose de su cuello-.
- Pero mira que has pillado una tajada tonta, eh… ya verás mañana cuando te despiertes. Venga, que te voy a llevar a casa, ¿no te importa verdad? –se ofreció Laura a encargarse de Eva mientras se disculpaba con Irene-.
- No, no.. tranquila, lo comprendo. Te acompaño si quieres –le dijo Irene-.

Eva las miró a las dos sin entender, de pronto se soltó de Laura.

- Ehhh… que yo me pirooo con Maca y Esther, que vamos a hacer un trioooo… ¿esoo es delitooo poliii? –le preguntó Eva sentándose al lado de Irene que le sonrió haciéndose cargo de la situación-.
- Si lo es, no voy a decir nada –le dijo Irene-.
- ¿¿Zabees?? No te invitooo porque no ze si con tres coñosss podríaaaa… que zi nooo… -le soltó a bocajarro Eva-.
- ¡Ay Dioooooosssss! –gritaron a la vez Laura y Esther, y corrieron a coger a Eva que se estaba desbocando-.
- Venga vamos –le dijo Esther-.
- ¿De verdad que no quieres que me ocupe yo? –le preguntó Laura un poco preocupada de ver a Eva en ese estado-.
- No, tranquila, nosotras somos dos y tú estás con Irene –le dijo Maca tranquilizándola-.
- Bueno pues… llamarme mañana para ver como quedó la cosa –les dijo Laura-. Y tú, haz el favor de portarte bien… que tajada más tonta has pillado, gilipollas.

Eva le sonrió, luego aprovechó un momento en el que el tío vivo que había en su cabeza se detuvo para dar dos pasos y plantarle un pedazo de beso a Laura en todos los morros. Laura se quedó paralizada, luego se sorprendió a ella misma respondiendo al beso. Irene se quedó boquiabierta de ver que aquello era un beso con lengua en toda regla, Maca y Esther se miraron llenas de sorpresa. Eva y Laura al final se separaron.

- ayyy la oztiiaaaaa…. ¿quién le ha daooo el play a las violasss??? –dijo Eva desconcertada-.

Laura estaba en estado de shock tapándose la boca con la mano y sin atreverse a mirar a Irene, sabía que tendría que darle una explicación. Esther miró a Laura, Laura miró a Esther con cara de… “no digas nada, no digas nada”… Eva trató de volverse a arrimar a Laura, pero Esther entonces la sujetó.

- Anda fierecilla… vámonos a dormir, que ya has montado el espectáculo suficiente –le dijo Esther y Maca la ayudó para guiarla-.

Entre dientes Eva salió del local y se metió en el descapotable de su amiga. El aire de la calle, le sirvió para despejarse un poco, mientras las tres ponían rumbo hacia el apartamento de Maca.

66


El sacar a Eva medio dormida del coche y subirla hasta el piso, fue toda una odisea. A aquellas alturas de la noche le había subido tanto el alcohol que su cuerpo era casi un peso muerto que entre las dos casi no podían sostener.

- A ver Eva… no arrastres los pies cariño, que no llegamos –le decía Esther mientras la sacaban del ascensor-.
- ¡piiieezzzz… piezzzz! –decía Eva articulando mucho con la boca-.
- jajaj… anda déjame a mí, sino no llegamos nunca –le dijo Maca viendo que Eva no podía dar ni un paso-.
- ¿Qué vas a hacer? –le preguntó Esther cuando Maca la apartó de Eva-.
- Toma, ve abriendo la puerta –le dijo ofreciéndole las llaves, y Esther obedeció en cuanto vio que Maca cargaba a Eva en su hombro como quien lleva un saco de patatas-.

“Virgeeeeennn santaaa… ésta se me deslomaaa en un momento y no veas el plan…” quiso gritar Esther, pero visto lo visto, maniobró rápidamente para abrir la puerta y encender todas las luces. Maca se introdujo en la vivienda con más soltura de la que Esther esperaba, portando hasta el dormitorio principal, a una Eva que no dejaba de decir…

- Culoooo… culooooo…

Pues desde lo alto de aquella mujer, estaba claro que no veía más que aquel trasero que a Esther la traía loca. “Será hija putaaaa… la suerte que tiene la salida ésta de pillarse un pedo”, pensó Esther mientras Maca bajaba a Eva de lo alto y la dejaba en la cama.

- jajaja… Pesas un huevo, ¿lo sabías? –dijo Maca entre risas mientras miraba a Eva-.
- ¡Tiaaaa wenaaaaa! –le ladraba Eva con una castaña que no se veía-.
- jajajaj… sí, sí, lo que tú digas –le decía Maca muerta de risa-. ¡Ésta va a caer ya mismo!

Dijo Maca girándose de pronto hacia Esther, la cual permanecía en el umbral de la puerta contemplándola. Sus ojos se encontraron y Maca dejó de reír para pasar a esbozar una sonrisa interrogante.

- ¿Ocurre algo? –preguntó finalmente-.

Esther se acercó hasta ellas, y con un gesto le apartó a Maca el pelo de la cara con suavidad, mientras Eva se abrazaba a su amiga apoyando la cabeza en su vientre.

- Que Eva tiene razón… ¡Eres guapísima! –le dijo Esther con una sonrisa y Maca se puso roja de pronto-.
- ¡Tiiiaaa weeennaaa! –volvió a ladrar Eva-.

Y las dos mujeres empezaron a reír por la voz casi gangosa que le salía.

- Bueno, os voy a dejar para que podáis cambiaros, creo que Eva necesita dormir –dijo Maca-.

Esther la vio recoger su pijama, unas sábanas y una manta, sin dejar que en su rostro desapareciera una sonrisa afable. La visión que tuvo de su generosidad, se coló por algún sendero de su corazoncito sin que apenas se diera cuenta.

- ¡Me has arruinado la noche, so capulla! –le espetó bajito Esther a Eva cuando Maca cerró la puerta de la habitación para darles intimidad-.
- Ehh? –dijo Eva levantando la vista, mientras Esther empezaba a desvestirla-.
- ¡Eh! ¿Eh?... ¡Una mierda! … Yo no me puedo morrear con ese bombón, y tú no veas la pedazo de exploración que le has hecho a Laura con la lengua. ¡Ya te vale, ya te vale! –le dijo Esther sacándole los vaqueros y dejándola en bragas y sujetador-.
- ¡Yo te besooo! –le dijo Eva poniéndole morritos, pues no se enteraba muy bien de lo que le hablaba-.
- ¡Anda quitaaaaaa!... jajajaja… ¡Te vas a comparar con Maca! ¡Anda hombree! –la tiró de un empujón a la cama cuando vio que Eva se le echaba encima-.
- jajaja… ¡Esta wenaaaaaaa! –le dijo Eva-.
- Y además es buena gente… e inteligente… y dulce… y tiene un morbazo que te cagas –añadió Esther mordiéndose el labio inferior mientras añadía la última frase-.
- ¡Pisss! –dijo Eva de pronto con cara compunjida-.
- ¿Piss?? –no la entendió Esther ensimismada en el pensamiento de Maca-.
- ¡Piiissss… pisssss! –gritaba Eva-
- ¡Ayyy… la hostiaaa! ¡Vamos! –cayó Esther en la cuenta de lo que le pedía, y la acompañó al baño-.

Maca vio corretear a Eva en ropa interior hacia el baño, de cerca le seguía Esther aún vestida. Se sonrió por la escena, pero no acudió a molestarlas, en su lugar terminó de cambiarse y arreglar el sofá cama. Al cabo de unos diez minutos, Maca se preocupó de que no salieran, así que llamó a la puerta.

- ¿Esther, todo bien? –le preguntó-.
- Sí, sí… es que lo ha echado todo, la estoy duchando a ver si se le pasa –le dijo Esther-.
- Si necesitas cualquier cosa, estoy aquí esperando –se ofreció Maca-.
- ¿No hay otro albornoz? –le preguntó Esther, el agua ya no corría-.
- No, pero coge el mío, está limpio -le dijo Maca-.

Tras unos minutos la puerta se abrió, Maca seguía esperando tras ella. La visión de Esther con el pelo húmedo y en albornoz, le recordó la ducha entre ellas y lo que pasó después. Maca sintió que la piel se le erizaba.

- Le he puesto el mío, y yo me he puesto el tuyo, ya lo lavamos mañana –le dijo Esther, la cual se quedó un poco descolocada por la intensidad en que los ojos de Maca la miraban-.
- Tranquila, no pasa nada –volvió Maca en sí, y miró a Eva- ¿Estás mejor Eva?
- ¡Me da todo vueltas! –le dijo Eva haciendo un esfuerzo por mirarla. Estaba más despejada, pero aún no asimilaba mucho lo que pasaba-.
- Me la llevo para meterla en la cama, que está aun que se cae –le dijo Esther-.
- Vale, buenas noches entonces –le dijo Maca tímidamente, pues no quería despedirse de ella tan pronto-.
- Buenas noches, gatita –le dijo Esther y le dio un beso en la mejilla-.

Luego enfiló hacia el dormitorio con Eva colgando. Maca se quedó parada unos segundos con el beso marcando su mejilla y la visión de aquella mujer en las retinas. Apagó las luces del comedor y del pasillo, y tras ir al cuarto de baño se dejó caer en el sofá cama.

“¿Qué hubiera pasado si no llega a aparecer Eva? ¿Qué…?” se preguntaba Maca tratando de encontrar la postura para dormir.

Conciencia de Maca: ¡Qué te hubieras lanzado como una bruta!
Maca: ¿Qué haces tú despierta?
Conciencia de Maca: ¡Tú sabrás, eres tú la que me llamas!
Maca: ¿Dónde estabas cuando te necesitaba? ¿sabes lo que me ha costado frenarme?
Conciencia de Maca: cuando te enciendes así, sabes que me dejas encarcelada… no es culpa mía.
Maca: ¿Dios, qué va a pasar?
Conciencia de Maca: ¿Qué quieres que pase?
Maca: ¡No lo sé!
Conciencia de Maca: ¡Sí lo sabes! ¿te gusta?
Maca: Sí
Conciencia de Maca: ¿Confías en ella?
Maca: Sí
Conciencia de Maca: ¿Te gustaría intentarlo?
Maca: ¡Me encantaría!… -dijo Maca y cerró los ojos mientras se le escapaba un suspiro-… pero, ¿y sí la asusto, o cree que soy un bicho raro, o… o me utilizan otra vez? No quiero ser de nuevo una marioneta y sabes que no puedo controlarlo.
Conciencia de Maca: Bueno, pues si ocurre, la despides y listo

Maca se inquietó de pronto con aquel último pensamiento.

Conciencia de Maca: ¿Por qué te alteras?
Maca: ¡No me altero! –mentía-.
Conciencia de Maca: ¡No mientas! ¡Se te aceleró el pulso!...
Maca: …. –guardó silencio-.
Conciencia de Maca: ¿Laaa quiereeeeeeessssssss???!!! –pegó un aullido su conciencia-.
Maca: ¡Nooo digas tonteríassssss!!! –se defendió de ella misma-.
Conciencia de Maca: ¡La estás empezando a querer! ¡Por eso te da tanto miedo arrollarla y lo que piense de ti! –no daba crédito su conciencia-.
Maca: agggg… ¡Vete a la mierdaaaaaaaaaaaaaaa!


Y gritando aquello en su cabeza, se tapó la cara con la almohada para dejar de pensar. El corazón por su parte no dejó de golpearle en el pecho recordándole que algo en su interior se removía sin remedio.

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