lunes, 22 de septiembre de 2014

Pretty Bollo -cap 69 y 70-


Macarena Wilson lo tiene todo. Futura heredera de una de las bodegas más prestigiosas del país, joven, inteligente, rica y atractiva, ve como la vida pasa por su lado sin poder disfrutar plenamente de ella. Una vivencia en su pasado,  maniata su capacidad de entregarse física y mentalmente a otras mujeres, cuando en medio de su controlado mundo de supervivencia, Esther García, una inusual y carismática mujer,  se cruzará en su camino de la forma más inverosímil, abriéndole una puerta que Maca no creía necesitar.

Juntas entablarán una relación comercial que las arrastrará sin esperárselo a profundizar en sus miedos y verdades. Algo que parecía fácil y seguro, se convertirá en el huracán que arrasará por completo sus cómodas vidas.


69


Eva pareció dormirse unos minutos, mientras Esther y Maca hablaban en la cocina sobre el trabajo. De pronto el timbre del portero sonó, Maca se deslizó a abrir la puerta.

- ¿Quién? –preguntó en el auricular-. Ah, hola… no, mejor sube. Sí, ahí es.

Esther se asomó desde la cocina mientras Eva se sentaba en el sofá ya despierta.

- ¿Quién es? –le preguntó Esther-.
- Laura –contestó Maca con una sonrisa-.

De pronto un chillido hizo volverse a las dos.

- ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh! ¿Lauraaaaaaaaaaa?? ¿nuestra Lauraaaaa? –preguntó Eva poniéndose de un salto en pie-.
- Sí, claro, que Laura va a ser –contestó Esther-.

Maca las miraba sin entender.

- ¡Hostiaaaa, hostiaaaaa… hostiaaaaaa! –empezó a decir Eva toda nerviosa mientras no sabía que hacer ni con su ropa ni con su pelo ni con sus manos -. ¿Dónde coño me escondooooo?
- ¿Qué? …jajaja… -empezó a reírse Esther entendiendo lo que le pasaba-.
- ¡Ay madre… ay madre…! ¿Joder…joder dónde me escondo? ¡El armario! –Eva empezó a correr hacia el cuarto-.
- ¿Peroooo…? –Esther corrió tras ella-.

Maca se quedó de piedra ante la reacción… “¿pero por qué correee?”. Esther apareció en el salón frotándose dolorida un brazo.

- No quiere salir de debajo de la cama… me ha dado una patada que pa qué –se quejó Esther-.
- ¿Pero qué le pasa? –preguntó Maca-.
- Qué le conté lo del beso que le dio a Laura anoche y dice que no puede verla –le explicó Esther encogiéndose de hombros-. ¡Está loca!
- ¿Pero ellas? –Maca alzó las cejas sin atreverse a preguntar más de la cuenta-.
- ¿En confidencia? –le dijo Esther susurrando y Maca asintió con una sonrisa- Laura está colada por Eva desde hace años, y yo creo que Eva también lo está sólo que nunca ha querido planteárselo, así que ahora se siente incómoda con el morreo que se le escapó.
- ¡Entiendo! –dijo Maca asintiendo-. ¿Me dejas intentarlo?

Le indicó Maca señalando el cuarto.

- ¡Adelante! Si consigues que salga de debajo de la cama te doy un premio –le insinuó Esther mientras escuchaba llegar el ascensor-.
- ¿Un premio? … jajajjaja… Mejor será que no piense a qué tipo de premio te refieres, o no podré ayudarla –le siguió el juego Maca mientras Esther le guiñaba un ojo-.

Maca enfiló hacia el cuarto de matrimonio mientras Esther esperó a Laura.

- ¡Hola!  –le saludó Laura dándole dos besos -
- ¡Hola guapa! ¡Pasa, pasa! –la invitaba a entrar Esther-
- ¿En serio no le molestará a Maca? –le preguntaba bajito-.
- No, tranquila, está encantada. Quiere que vayamos las cuatro a comer –le dijo Esther feliz-.
- ¡Ufff estoy alucinando! –le dijo Laura-.
- jajaja.. ah ya, tu Diosa –dijo Esther acordándose de lo que le impactaba Maca a Laura-.
- No gili, porque es la primera vez que estoy en la casa de una clienta tuya y encima vamos a comer con ella –le dijo Laura despreocupada-.

Pero a Esther aquella verdad la abofeteo en la cara. “Mierdaaaa…. ¡Es cierto!, ¿qué diablos estoy haciendo?”, se quedó parada Esther por un instante.

- ¿Y Maca, y Eva? –preguntó Laura sacándola del shock inicial-.
- Están en la habitación, ahora vienen –le dijo Esther mientras cerraba el sofá cama para que se sentaran-.
- ¿Y qué hacen allí? –se preguntó Laura, luego miró el sofá y se inquietó- ¿Quién ha dormido con Evaaaa?

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Mientras, en la habitación, Maca había cerrado la puerta para que no las escucharan y se sentaba en el sillón cercano a la cama a esperar.

- Eva, soy yo, Maca –le decía calmada-
- Si te ha enviado Esther, no pienso salir eh… -le dijo Eva desde debajo de la cama-.

A Maca le parecía tremendamente irracional aquella reacción, pero le hizo gracia y sonrió.

- ¿Pero por qué? ¿por lo del beso que le diste anoche a Laura? –le preguntó para probar suerte-.
- ¡ohhhhhhhhh Diossssssssss! ¡No me lo recuerdes, es horribleee! –se lamentó Eva en un pequeño gritito-.
- ¿Por qué es tan horrible? –le preguntó Maca-.
- Porque es mi mejor amigaaaaa…. Por eso –dijo Eva sin apenas voz-.

Maca hizo un esfuerzo por oírla, pero desde allí era imposible. Así que ni corta ni perezosa, se tiró al suelo y se metió debajo de la cama ella también. Eva se sobresaltó.

- ¡pero… pero….! –quería decirle Eva, pero Maca la interrumpió-.
- ¿Qué me estabas diciendo? Desde allí no te oí –le dijo Maca con una sonrisa, como si aquella situación fuera lo más normal del mundo-. ¡Dispara!

Eva se cortó por un momento, luego mirando la complicidad con la que Maca le miraba le pareció muy divertido.

- Te decía que es mi mejor amiga, no puedo salir ahí y explicarle que me la morreé de veras –dijo Eva desahogándose-. ¿Con qué cara la miro ahora?
- Bueno la verdad es que ibas muy pedo, Eva… y en mi opinión Laura tendría más que explicar que tú, porque ella estaba sobria y te aseguro que participó plenamente en el beso –le dijo Maca-.
- ¿En serio? –no sabía muy bien por qué, pero aquello dicho por Maca parecía más creíble que viniendo de Esther, y unas mariposas empezaron a revolotearle por el estómago con la idea-.
- Sí –dijo Maca-.

De pronto alguien abrió la puerta de la habitación. Eva cogió la mano de Maca expectante, como si se escondiera tras ella. Por fin Esther se agachó.

- ¿Pero qué coño estáis haciendo las dos ahí abajo? –se quedó atónita de ver a Maca sonriéndole desde debajo de la cama-. ¡Laura se está impacientando!

Pero Laura que no podía esperar en el comedor, apareció a los pocos minutos tras ella. Al ver a Esther en el suelo se agachó también a mirar.

- ¿Eva??? ¿Macaaa??? –se sorprendió Laura que abrió los ojos como platos-. ¿Qué hacéis debajo de la cama?
- ¡Lauraaaa! –Eva se pegó tal susto que saltó y se golpeó contra el somier-. ¡Hostiaaaaaaaaaaaaaa!
- ¿Te has hecho daño… te has hecho daño? –se asustó Laura por el golpe de Eva-.
- ¡Mira que eres brutaaaa! –le espetaba Esther-.
- ¡A ver… a ver que te mire! –le decía Maca apartándole la mano de la cara-. Uff te va a salir un chichón. Vamos a salir anda…

Eva se dejó conducir por Maca hacia fuera de la cama.

- ¡Joderrrr que dañoooo! –dijo Eva sujetándose la frente-.
- ¡A ver gili, deja que te eche un vistazo! –le dijo Laura poniéndose a su lado y mirándole la frente-

Eva se puso nerviosa por tenerla tan próxima a ella, era la primera vez que era consciente de lo que sentía hacia Laura.

- ¿Pero qué hacías escondida debajo de la cama? –le preguntó algo molesta Laura-.
- ehhh.. ehhh.. yo… -Eva no sabía por dónde salir, Laura no dejaba de acariciarla-.
- ¡Es culpa mía! –dijo de pronto Maca, y Laura y Esther se giraron para ver lo que tenía que decir-.

“A ver por dónde sales ahora gatita… jajaj” pensó Esther para sí divertida. Estaba encantada por la Maca cercana que se le estaba desvelando.

- Bueno, estaba buscando para Eva el nombre del efervescente para la resaca y se me cayó bajo la cama, lo recogimos pero entonces se me ocurrió darle una broma a Esther porque sabía que vendría a buscarnos y convencí a Eva para que me ayudara a gastársela –se inventó Maca enseñando un sobre de efervescente que por casualidad llevaba en el bolsillo del pijama-.
- ¡sí, sí!... ja.. ja.. ja… ¿no ha sido divertido? –dijo Eva, pero con tan poca gracia que Laura se le quedó mirando-.
- ¿Pero qué coño te pasa? ¿por qué estás tan nerviosa? –le preguntó Laura que la conocía como si la hubiera parido-.
- ¡Yo, nerviosa??? ¡que va!... –dijo Eva pero se liberó como pudo de Laura y se puso entre Esther y Maca-. ¿Bueno Maca, entonces te cambias y bajamos a por eso?

Esther se les quedó mirando, estaba claro que Eva quería salir como fuera de allí y curiosamente había depositado su confianza en Maca, lo cual era mucho más inquietante.

- Ohh, sí, sí… me cambio y vamos –le echó el capote Maca-.
- ¿Pero a dónde vas tú con ese resacón y ese chichón loca? –le soltó Laura impacientándose porque veía a Eva la mar de rara-.
- ¡posss.. posss…! -Eva no sabía por dónde salir-.

Esther estaba tan divertida y sorprendida por aquellas dos mujeres, que las ayudó.

- Van a ir a por unas cosas para cocinar, ¿al final comemos aquí las cuatro, no gatita? –le dijo Esther acercándose a Maca y rodeándole la cintura con sus brazos-.

Maca tiritó por la sensualidad de Esther, a ella también le habían entrado ganas de correr de pronto.

- Sí, sí.. aquí –dijo Maca un poco descolocada-.
- Pues anda corre, cámbiate… nosotras te esperamos fuera –le dijo Esther soltándola y dándole un cachete en el trasero que hizo que Maca se quedara fuera de sí-.

Esther se llevó a Laura y a Eva de allí dejando a una Maca boquiabierta. “Ay madre… ay madre… que ésta va pidiendo guerra y yo con los soldaditos bajo mínimos… ¿Ahora qué hago yo cuando estas se vayan?”, pensaba Maca mientras trataba de encontrar algo que ponerse en el armario.

70

Maca y Eva al final consiguieron escabullirse yendo a hacer la compra a una tienda de 24 horas. Esther les había dado una pequeña lista con algunas cosas, y las dos se sintieron aliviadas de no verse bajo los ojos de aquellas dos mujeres.

- Uf, menos mal que Esther nos ha echado un cable, ya no sabía dónde coño meterme –le decía Eva mientras cogía las latas de refresco y alguna botella de vino-.
- Ni yo, ni yo… -pensó Maca en voz alta con alivio-.
- ¿Qué? –Eva no la escuchó-.
- No, que sí… que ha sido una suerte para ti digo –se inventó Maca-. Pero vamos que no vas a poder esquivar a Laura durante mucho tiempo, porque es tu amiga.

Eva se le quedó mirando mientras cogía unos paquetes de pasta.

- No, si ya lo sé, pero es que me ha pillado tan de sorpresa que me siento rara –le explicó Eva-. No sé cómo explicarte.
- No me lo expliques, lo entiendo –y era cierto, Maca se sentía muy extraña también aquella mañana con respecto a Esther y los sentimientos que empezaba a plantearse con ella-.
- Tengo miedo, ¿sabes? Porque Laura siempre ha estado conmigo, y joderlo con una relación entre nosotras es como que muy chungo –le decía Eva mientras echaba cosas en el carrito-.
- Ya, las cosas se complican cuando empiezan a haber sentimientos por en medio –le decía Maca reflexionando ella misma sobre lo que supondría empezar a encariñarse de verdad con Esther-.
- Ni que lo digas, y más en mi profesión… porque evidentemente, ¿cómo va a querer Laura estar con una puta? –y sin darse cuanta Eva lo había dicho tan alto que la mujer que estaba cogiendo unos espárragos las miró espantada-

Eva le regaló una sonrisa tímida de disculpas, mientras Maca seguía tras puesta por lo que había dicho Eva. “¿Me estoy enamorando de una puta?... ¿cómo voy a sobrellevar eso? No, no puede ser, con lo celosa que soy… que va, que va, es imposible”.

- Yo qué sé, creo que me estoy montando un lío en la cabeza yo sola, porque estaba muy bebida, ¿no? –dijo Eva reflexionando nuevamente en voz alta-.
- Sí, la verdad es que sí –le respondió Maca-.
- Pues eso, que total no creo que sea nada importante y a Laura se le pasará, quizá ni siquiera se acuerde o piense que era una más de mis locuras  –se trató de auto convencer Eva-. ¡Será por trastadas que he hecho, vamos!

Maca le devolvió la sonrisa pues no quería inquietarla a pesar de que pensaba que aquello no iba a ser tan fácil para Eva, sobretodo teniendo en cuenta lo que había percibido aquella noche entre ellas, y mucho menos tras verla con Laura apenas unas horas antes.

- Si claro, quizá te estés montando una película –la serenó Maca-.
- Sí, claro que sí –se volvió a auto afirmar Eva-. Bueno, creo que esto ya está, mira a ver si necesitamos algo más.

Maca repasó la lista y el carro con las cosas, luego se dirigieron a caja para pagar y pusieron rumbo al apartamento.

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Paralelamente en el piso de Maca, Laura permanecía muy mosca tomándose un refresco junto a Esther.

- Sigo pensando que Eva está más rara que un perro verde –decía Laura por enésima vez-.

Esther puso los ojos en blanco otra vez, pues Laura no había parado de repetir la misma canción desde que Maca y Eva habían salido por la puerta.

- Buaaa… Laura, ya… déjala, sí sabes cómo es. Además seguro que son cosas tuyas –le trataba de convencer Esther como podía-
- Sí cosas mías, ¡y un jamón! ¡La conoceré yo! –dijo Laura rumiando aún sus ideas-.
- Bueno cambiemos de tema, ¿cómo te fue con Irene? ¿la llevaste a casa? –le preguntó Esther sacándola de sus cavilaciones-.
- Ufff.. no me hables, no me hables –dijo Laura agachando la cara-.
- ¿Por qué? ¿Qué pasó? –le preguntó Esther-.
- Pues qué va a pasar, que se quedó fría tras lo del beso de Eva y me tiré un buen rato para explicarle que es que la muy gili es así, que siempre está montando el numerito –Laura trató de sonar convincente, porque cada vez que recordaba el beso entre ellas un remolino se le hacía en el estómago-. Total que al final la convencí, pero cuando me llevó a casa y la invité a subir… yo que sé, que no pude, que no pude.
- ¿Qué no pudiste? –le preguntó Esther con un interrogante en los ojos-.
- ¡Pues eso, que no pude hacer nada! Me besaba y yo estaba más fría que un congelador de Pescanova Esther, que yo así no puedo con la cabeza tan llena de cosas –le explicó Laura ruborizada-.
- ¡Ya, de cosas! Dirás del morreo que Eva te agenció pero que tú correspondiste como una leona. Que te vi las chiribitas salir por los ojos, así que a mí no me mientas –le dijo dulcemente Esther pues aunque no lo habían hablado nunca, ellas siempre habían sospechado que ambas lo sabían-.
- ¡Ay Esther! –suspiró Laura con ojos de cordero degollado-. ¡Qué bien besa la cabrona! ¿Y yo ahora qué hago? Porque sé que Eva ni por asomo me ve como posible candidata, que sólo me ve como amiga, pero a mí es lo único que me faltaba ya para perder mi autocontrol, coño… Me pasé toda la noche pensando en sus putos labios por todas partes…

Laura se mordió el labio tras aquel último comentario, Esther abrió los ojos como platos porque Laura era muy vergonzosa y jamás hablaba de deseo o sexo con ellas.

- Entonces es un hecho, ¿estás por Eva? –le sonrió Esther mientras le preguntaba-.
- ¡Hasta las trancas! –reconoció Laura con aplomo- Sé que es una locura, porque es una hija de puta promiscua que se tira todo lo que pilla, pero ¿yo qué le hago? ¿qué le hago si la quiero y me tiene en un sin vivir si no puedo disfrutar de su compañía y sus cosas?

Esther se le quedó mirando sorprendida… “¿Pero cómo alguien tan cándido como Laura puede tener tanta valentía?... yo no creo que fuera capaz de reconocer algo así”, pensó Esther.

- Te juro que cualquier día me echo encima de ella y le quito todas esas fantasías que tiene, se va a enterar de lo que es un buen polvo, pero de verdad… jodida cabrona –seguía escupiendo Laura mientras se ponía de pie nerviosa-.
- ¡Lauraaaa! –Esther se tapó la boca por el asombro, aquella mujer no podía ser Laura, no la Laura que conocía-.
- Ay, perdona, perdona… pero es que me tiene desquiciada ya, te lo juro –le dijo Laura  apretándose las manos y haciendo saltar sus nudillos-.


Esther estaba encantada de ver que aquella mujer por fin mostrara su verdadera cara. Por primera vez, Laura parecía estar soltándose la melena y expresaba alto y claro lo que sentía. Esther se dio cuenta que Laura y Eva tenían mucho más en común de lo que parecía.

3 comentarios:

  1. que ganas tenía ya de seguir leyendo esta historia =) muy buen capítulo ^^

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    1. Se que me he hecho de rogar. Gracias por entender y esperar. ;-)

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    2. De nada, mujer, las cosas buenas pueden hacerse esperar ;)

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