Apareces nocturna, envuelta en las sombras.
Sin llamada ni permiso,
con mis guardias bajadas y mi alma tranquila.
Me besas, me lames, me muerdes,
yo no te espero, y sin embargo te plantas.
¿Por qué me haces esto?
No es algo que quiero ahora,
no es algo que esté decidiendo.
Nocturna y en silencio,
con la simpleza que deja un hondo hueco.
Como quien no quiere nada
y podría llevárselo todo.
¡No me atrapes!
¡Yo no quiero!
…
Estas destrozando mis sentidos
y aun no te he dicho “hola”.
Sage.
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